Ya, por fin, siento haber tardado tanto con el maestro Renoir, pero me puede mi escrupuloso sentido de sucesión; cada cosa a su tiempo. En diversos momentos me he sentido tentado de atreverme con THIS LAND IS MINE, pero pesa la figura laughtoniana de Gloria, no sabéis cómo. De momento, y teniendo en cuenta que el blog no teme por su salud, voy con otra magnífica obra, no tan opuesta a la antes mencionada, con sus mismos elementos (puesta en escena teatral, gran peso interpretativo, reivindicación de la libertad individual...) aunque conservando aún "máximas" jocosas de la obra de Gorki.
La historia no puede ser más estrafalaria: Un viejo avaro regenta una especie de albergue para indigentes a los que extorsiona y chantajea constantemente; su mujer es una chica despreocupada y zalamera (suavemente dicho) que coquetea con Pepel, un ladronzuelo bohemio y hasta generoso. Ambos anhelan la defunción del viejo usurero para hacerse con su fortuna y vivir a cuerpo de rey, pero éste parece tener siete vidas; por otra parte, Pepel sucumbe inesperadamente a los encantos de la explotada hermana pequeña de la esposa del viejo, por la que sería capaz hasta de abandonar el oficio. Un maravilloso lío, vamos. Y por si no fuera suficiente, Pepel coincide en una de sus habituales visitas a la cárcel con un aristócrata arruinado por el juego; ambos traban gran amistad y acaban por montar una especie de motín que terminará con el viejo y su albergue. Y eso es LES BAS-FONDS, otro canto a la libertad y la camaradería como única y desesperada lucha contra los intereses destructores del dinero. Una buena muestra de ese cine que nos queda tan lejos en el tiempo, aunque constituya una fuente inagotable de interpretaciones e influencias por la sencillez con la que Renoir aborda al ser humano en toda su controversia e imperfección.
No sólo recomendable, muy necesaria.
Saludos desde el arrabal.
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