Bueno, indéfilos, Iniciamos aquí el segundo curso gratuito de cinefilia subjetiva; y como al final conseguimos el propósito de no repetir ningún director hasta final de año, en éste nos moveremos con mayor libertad y capricho ¡viva la anarquía! Para empezar, saldaré una cuenta pendiente con mis hermanos favoritos, pues lo cierto es que no salieron demasiado bien parados en el post que inauguró este blog a cuenta de su laureada aventura texana con Bardem y Co.
Lo cierto es que no me costó mucho abstraerme de dicho fiasco a la hora de enfrentarme a BURN AFTER READING, que supone tanto la enésima vuelta de los Coen a la comedia más alocada y surreal como una nueva vuelta de tuerca a las obsesiones y motivos que sustentan su particular fomanera de entender el cine. Sí, vamos, que me ha gustado.
Me gustó lo bien que engarzan a cada uno de los personajes (aquí echan mano una vez más del reparto coral) en un engranaje narrativo bien sincronizado. Me gustó ese tono agridulce que a ellos les sale tan bien y que hace que te quedes con la sonrisa congelada. Me gustó que no escondiesen en ningún momento que están parodiando el género de espías y que no hace falta tirar de "realismo" para que nos creamos su propia inverosimilitud. Me gustó John Malkovich, que da respeto al principio y luego nos enseña su lado más patético. Me gustó Frances McDormand, capaz de hacer reír con una frase perfectamente matizada. Me gustó George Clooney, lo que a estas alturas es más que suficiente sin que tenga que explicarlo. Me gustó mucho, pero mucho, Brad Pitt y su espectacular composición dramática, porque no debe ser fácil salirte del canon "superguapo envidiado y pagado de ti mismo"; puede (ojalá) que sea éste el principio de su redención como actor versátil y solvente. Pero lo que más me gustó es algo que pocas veces encuentra uno en el cine americano y que es el gran logro del europeo: la capacidad de emprender una fuerte crítica al stablishment en general y al sabihondillo en particular con una faz aparentemente inofensiva, guardando la bomba expansiva muy al fondo, donde sólo llegan los espectadores acostumbrados a trabajarse los significados de una obra.
¿Ha quedado claro que me gustó?
Saludos que se autodestruirán en cinco segundos. Cinco, cuatro...
6 comentarios:
Pues para mí, el mejor papel, fue el del alto cargo de la CIA, interpretado por JK Simmons. Como, en 2 minutos de metraje, se consigue llegar así al público??
También, también... No se puede estar en todo... qué responsabilidad!
Y sabes que a mi no tanto...
A mí no me gustó, a mí me encantó jeje, menuda jartá de reír, los Coen en estos menesteres de reírse de los estereotipos made in USA son los mejores. Todo el reparto me parece que está genial, pero he de reconocer que el rubito, que no es santo de mi devoción precisamente, me sorprendió, ese Pitt haciendo el gilipollas es impagable...
De todos me quedo especialmente con los personajes de Frances Mcdormand y Brad Pitt.Me gustó mucho la peli,sin ser mi favorita de los Coen,sigue siendo un dardo venenoso contra la cultura americana.Algunas escenas no tienen desperdicio,como la primera visita a la embajada rusa.
Brad Pitt no lo borda, si no que rompe el molde de su personaje. Y las paranoias del personaje de Clooney son tremendas. (Bueno, del de McDormand también, jaja
Ya lo dices tú, pero creo que lo mejor es que todos están muy bien engarzados.
Y la escena final con ese ¿qué hemos aprendido? Insuperable, como insinúan por aquí arriba.
Ah, y lo de la embajada, que me lo recuerdan por ahí. Estaba claro que les observaban, jeje.
A mí también me ecantó, que aún no lo he dicho,
un saludo.
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