Resulta muy obvio dotar de intensidad dramática a una situación que ya lo es, es el exceso de las filmografías exóticas, tan en boga últimamente; digamos un "nuevo" neorrealismo sobradamente justificado, ya un poco cansino.
A mi juicio, es más estimulante observasr ejercicios de valentía en sitios donde (falsamente) creemos que todo está en orden y no pasa nada más allá de las crónicas de sucesos. Y uno de los cineastas más comprometidos y serios no vive en Tailandia ni en Bolivia, sino en la misma Gran Bretaña. Su nombre, Mike Leigh; su lema, desvelar que no es oro todo lo que reluce.
¿Cuántas veces hemos oído al chavalín de turno clamar con irse a Inglaterra, la panacea del oprimido mediterráneo? Muchas, indudablemente; luego está la realidad. En ALL OR NOTHING no podríamos discernir con claridad si la acción transcurre en un barrio obrero madrileño o en Londres, tan parecidos son unos de otros. Asistimos a la vida monótona y repetitiva de Phil, un taxista bonachón y paciente que diserta sobre problemas filosóficos mientras su familia se desmorona. Su mujer, Penny, es cajera en un supermercado y suele arrepentirse, aunque no lo diga, de haberse casado con Phil. Sus dos hijos son obesos y muy diferentes;Rachel es aplicada y comprometida cuidando ancianos mientras que Rory es un holgazán nihilista que protesta por todo. Rory cae enfermo del corazón y todo se dispara. Los problemas económicos son una constante y, sin embargo, cuando todo parece perdido, Phil y Penny se reencuentran en medio de la adversidad; hay esperanza.
No esperen encontrar en esta magistral película un típico dramón familiar de sobremesa, los actores de Leigh rozan la perfección, no puedes hacer otra cosa que creértelos ¿Su secreto? No lo sé, supongo que observar con detenimiento cómo funcionan las vidas corrientes al margen de lo extraordinario, que suele ser lo contrario de lo que hacen la mayoría de directores. Es posible que no se trate de su mejor obra, ahí están esas dos joyas que son TOPSY TURVY y (sobre todo) SECRETS AND LIES, pero Leigh volvió a demostrar con ésta, la antepenúltima, que su zarpazo a las emociones sigue estando intacto.
Saludos desde el barrio.
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