BIRTH/REBIRTH se vio en Sitges, pero no hubo mucha gente que se enteró, al formar parte de una inciativa, las "sesiones sorpresa", fuera de todo catálogo, y sólo disponible en su idioma original y sin subtítulos. Más allá de la excentricidad, la ópera prima de Laura Moss es un "body horror" que no parece una película de terror, sino la exposición de las consecuencias por querer jugar a ser dios. Efectivamente, Shelley mediante, nos encontramos con una enigmática doctora (muy inquietante Marin Ireland), que lleva toda la vida realizando experimentos con pacientes fallecidos; obsesionada con regresarlos a la vida, se topa con una niña fallecida por una extraña meningitis, y que además es hija de una enfermera de su mismo hospital. Tirando del hilo, la desconsolada madre llega hasta una terrible certeza: quizá su hija no esté muerta... del todo.
Se trata de un film bien resuelto en lo técnico, con una apariencia entre lúgubre y realista, pero al que le falla cierta cohesión narrativa, llegando a perderse en un último tramo excesivamente confuso. Con todo, tiene algunas escenas impactantes, una banda sonora espeluznante y una saludable vocación por bajar al suelo lo que no para de pugnar por extralimitarse. Buen debut en todo caso.
Saludos.
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