Ya estaría tardando Álex de la Iglesia en hacer un remake de EL EXORCISTA en la aldea del Rocío. Se me ocurre una escena de bautismo infernal en el río Quema, o una lucha patillera entre hisopos rellenos de rebujito. No sería tan terrible como la broma de THE EXORCIST: BELIEVER, que podría haber tenido un pase si no se hubiera tomado en serio y hubiese abierto con el célebre tema de los Monkees. Pero no, porque además de incorporar otra vez el Tubular Bells, se cree a pies juntillas todas las sandeces de su risible y adolescentista guion, por lo que aquí el único creyente es Gordon Green, que ya empieza a oler raro como "director-franquicia". Esto no hay por dónde cogerlo, ni por la historia, que sólo siembra un poco de interés al principio, ni por los personajes, que no se pueden construir peor, haciéndolos surgir de la nada, y haciéndonos preguntar qué pinta éste o aquél. Los protagonistas son comparsas, las niñas son un pálido remedo de aquella escalofriante Linda Blair, y por supuesto omitiendo todas las connotaciones sexuales de aquélla. Lo peor, no obstante, es el empecinamiento en lo del crisol de culturas, todos unidos para derrotar al mal, por supuesto. Hubo un momento en el que dudaba si esto no sería un spin-off de Los Vengadores, lo digo en serio.
Vergüenza ajena. Si no tienen ideas propias, dejen de apropiarse de las ajenas.
Saludos.
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