Título mítico del cine genuinamente "de piratas", BLACKBEARD THE PIRATE es menos solemne, incluso menos espectacular, y se centra más en la construcción de personajes y situaciones, y sobre todo en la magnética interpretación de Robert Newton, dando vida a un Barbanegra que se come la pantalla desde su primera y tremebunda escena. Esta película no sería lo mismo sin su carisma, eclipsando a cuanto actor se le ponga por delante, pero también habría que destacar la mano firme de Walsh en la dirección, facturando un film de aventuras de toda la vida, con tesoros enterrados, damiselas en apuros, engaños sobre el engaño de un engaño, y un último enfrentamiento con su archienemigo, Henry Morgan, al que considera un traidor por haberse vendido a la corona británica. Contiene todo lo que uno espera de una película de este tipo, sin ser una obra mayor, aunque sí da la sensación de familiaridad de los grandes clásicos. Por último, la banda sonora de Victor Young, muy bien en el asunto épico, insoportablemente ñoña en los románticos, que aquí, sinceramente, sobraban...
Saludos.
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