martes, 28 de febrero de 2023
Los que traman
lunes, 27 de febrero de 2023
Tambores del barranco
domingo, 26 de febrero de 2023
Periódicamente, no sé por qué, un escrito aparece por estas páginas, rompiendo la previsible linealidad de las mismas. Casi siempre han sido acontecimientos extraordinarios los que han motivado, valga la redundancia, dicha excepcionalidad. Ésta ha sido una semana dura, extraña, repleta de vaivenes y contratiempos, en la que lo que menos me apetecía era escribir. Pero escribir es mi vida, y lo único que creo saber hacer decentemente. No habrá intervalo, ni voy a imponer un suspense que no merece la gente que tan generosamente ha acudido al Indéfilo como alivio, reposo o, sí, saludable rutina. No, no voy a dejar de escribir, y mi empeño, también personal, será seguir al pie del cañón, hasta que no quede una línea más que decir.
Hace muy pocos días, entre sorprendido y divertido, me encontré con lo que considero una "extraña anomalía", si es que tal cosa existe. Era aquello de la entrada que había ofendido a nosequién, y que había convencido a Blogger de que éste era un blog que contenía material ofensivo o delicado. Qué cosas. Esto, ya resuelto, ha quedado como lo que era, una anécdota sin importancia. Lo que no es anecdótico es el agradecimiento que el autor de este blog desea transmitiros a todos vosotros, sin dramatismos ni sentimentalismos, sino con un sentimiento de pertenencia y correspondencia, como de bella y espontánea comunidad. A mí me sirve, especialmente ahora, y por ello, aun necesitando una gran fuerza de voluntad, necesitaba esta entrada, que no es mía sino vuestra, como todo lo aquí contenido.
Vamos a seguir, debemos seguir. Sin desfallecer, poniendo amor en cada línea y respeto a todos los que seguimos contribuyendo a que la cultura sea preponderante, precisamente porque sus enemigos jamás querrán saber nada de ella. Vosotros hacéis este blog, porque vosotros me empujáis cada día a que me tome el placer de ponerme delante del teclado y hacer lo único que sé hacer.
Gracias infinitas...