Me ha resultado difícil ejercer una sola visión tras ver EL AMOR EN SU LUGAR, último trabajo hasta el momento de Rodrigo Cortés, y la demostración fehaciente de cuántos complejos (innecesarios) seguimos arrastrando por sobre nuestra maltrecha cinematografía. Probablemente sea Cortés uno de los directores españoles más desprejuiciados, y por ello más malinterpretado, que no incomprendido; este film sirve, además de para apreciar su excepcional talento formal, como diagnóstico de un cine que se resiste y se resiente, que adapta loco por no copiar. Lo que yo he visto es una historia delimitada por un acto intermedio, que no por necesario es más pertinente. Se abre la función con un virtuoso aunque efectista plano secuencia, que lleva a la protagonista, una joven en el gueto de Varsovia en 1942, hasta una insólita sala de teatro, donde llega justo a tiempo para interpretar su papel en una comedia musical de enredos amorosos. En este sorprendente contraste (la luminosidad de la función, enfrentada al público, donde judíos y alemanes pretenden aparentar normalidad), durante la primera mitad, es el gran hallazgo de un film que adopta el ritmo de un Wilder con la puesta en escena de Donen, y se muestra ambiciosa en un incesante juego de apariencias, en el que la nimia trama de la obra sirve como punto de entrada al descabellado plan de huida de los protagonistas. El problema lo tiene Cortés en la segunda mitad, con todos los cabos ya atados y poco más que implementar, excepto un desenlace demasiado abrupto y (paradójicamente) teatralizado. Aun así, es un estupendo film, uno de los mejores de su autor, que además se salta sin pedir permiso muchos de esos complejos semánticos a los que aludía antes. Como historia de judíos bajo el yugo nazi, las he visto mucho mejores; como ingenio entre diversos géneros, es una virguería de un director que sigue necesitando guiones que le encajen como un guante a su estimulante visión de campo.
Merece una revisión.
Saludos.
2 comentarios:
Muy ambiciosa formal y temáticamente. Tal vez demasiado, me pareció que el invento se le iba un poco de las manos.
Saludos.
A mí me parece Cortés un director con un enorme talento, a la vieja usanza, optimizando cada pequeño recurso a su disposición. Le sigue faltando lo que tuvo en BURIED, un guion sin resquicios que atrape desde la primera escena. En global, y sin ser una película fallida, hay mucha distancia entre los arabescos técnicos y la continuidad de la historia, a la que le cuesta un poco ir respirando.
Un saludo.
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