En 2010, un joven director lograba finalizar su ópera prima, culminando el sueño de todo aspirante a cineasta. Y es necesario abrir un preámbulo respecto a THE MYTH OF THE AMERICAN SLEEPOVER, porque la obra verdaderamente importante de David Robert Mitchell llegaría cuatro años después, pero no puede ni debe desligarse de lo que supone esta personalísima inmersión en sus propias obsesiones argumentales. Narrada a lo largo de un solo día, la película nos habla del final de un verano para un nutrido grupo de jóvenes en Detroit. Fieles al "mito" (que por aquí nos queda un poco lejano), apuran las cervezas, las pijamadas, los escarceos romántico-sexuales, sabiendo que algunos se marcharán y otrós seguirán aburriéndose en el próximo curso. Robert Mitchell es un directr que huye del efectismo, pero curiosamente parece que éste (sigamos la analogía) le "persigue" sin buscarlo; prácticamente no hay historia, sino una concatenación de personajes y situaciones a la búsqueda de un sentido de cierta poesía compacta, de liviana potencia visual. Tengo entendido que nadie vio esta pequeña película, por lo que es más incomprensible el impacto de IT FOLLOWS, pero me parece remarcable cómo ya aquí queda perfectamente asesorado ese submundo mental/emocional de jóvenes apáticos pero inquietos, amenazados, en un mundo sin adultos, por los lacerantes latigazos de la responsabilidad próxima. Y quién no.
Algo insoslayable: este señor siempre ha sabido cómo colocar la cámara para hacernos sentir curiosos de qué pasará.
Saludos.
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