Nunca he conectado adecuadamente con el cine de Armando Iannucci, y sé que es un serio problema de incompatibilidades, de cortocircuitos perceptivos, probablemente por mi parte. La cosa es otra. La cosa es que la escritura, el genio de Charles Dickens es tan grande, tan universal, que resulta insoslayable, incluso para un director tan escurridizo como el escocés. THE PERSONAL HISTORY OF DAVID COPPERFIELD pasa por no ser una adaptación más, sino una nueva relectura de los temas capitales del escritor británico. Y siempre pasa lo mismo. Pasa que Dickens y su circunstancia se conectan de inmediato con la contemporaneidad que los acoge en cada momento determinado. Igual da que se le haga ver informal, severo, denso o ligero, porque Dickens sabía, siempre supo, prque sólo escribió sobre lo que le tocó vivir, y su genio lo lanzaba hacia cualquier época, futura o pretérita. Así, debo decir que me ha gustado esta película, en principio un difícil reto, pues "David Copperfield" es el continente perfecto de las obsesiones, denuncias y remedios dickensianos; una "historia sin historia", si se quiere, siendo su tema central la verdadera medida del ser humano. En su gloriosa prosa, los hombres somos tanto alimañas sin escrúpulos, como al párrafo siguiente integrantes de una hermandad piadosa que hará prevalecer la justicia ante la avaricia sin mesura. Copperfield (maravilloso, Dev Patel), más que un protagonista, es ese metanarrador imposible, dentro y fuera de la propia historia contada, que no es otra que su propia vida. Que lo sepa o no está en manos del extenso desfile de secundarios, para él tan protagonistas, cómo no. En definitiva, una grata sorpresa, tan recomendable para expertos como para profanos, y que da una nueva vuelta de tuerca a esta obra inmortal. Además, dos apuntes, la exquisita fotografía de Zac Nicholson y la extraordinaria banda sonora de Christopher Willis... ¿Se nota que me ha gustado?...
Saludos.
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