THE OWNERS es una película muy mal dirigida. Pésimamente dirigida, añado, por el debutante Julius Berg, del que sólo se conocían capítulos en series diversas. Y eso que comienza bien, con un aire british y gamberro, casi mirando de reojo a Ben Wheatley, con lo justo de excentricidad e interpretaciones entusiastas, entre ellas la de la "tronista" Maisie Williams. El argumento, trilladito, representa una nueva home invasion, esta vez por parte de tres tipos algo chapuceros a la lujosa casa de campo de un anciano matrimonio; parece pan comido: esperar a que se vayan, entrar, localizar la caja de caudales y hacerse con la fortuna que creen que contiene. Pero todo se tuerce desde el principio. La caja no es electrónica, y el tipo que iba a abrirla no sabe hacerlo con una analógica; la novia de otro lo intenta convencer de que deje el asunto y se vaya con ella; mientras tanto, deciden esperar a los dueños e intimidarlos para que les den la contraseña, pero esto no le gusta al tercero en discordia, hijo de la señora de la limpieza. La gracia, cómo no, debería estar en qué diablos va a pasar a partir de ahí, pero sucede lo contrario, y las incongruencias se adueñan de una historia siempre al borde del exceso gratuito, y que acaba pareciendo una película completamente distinta a lo prometido. No es que sea una bazofia, pero no va a pasar a la historia.
Saludos.
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