jueves, 2 de octubre de 2014
El arte de haraganear
Las primeras imágenes de TOBACCO ROAD, de 1941, nos hacen dudar sobre qué vamos a ver realmente. Hay, es cierto, un arco de miseria ineludible y que conforma el auténtico corazón de la obra homónima de Erskine Caldwell. Pero no nos equivoquemos, lo que John Ford consigue con meridiana destreza es ofrecer el reverso absoluto de LAS UVAS DE LA IRA, y creo que nadie mejor que él para tamaña empresa. "La Ruta del Tabaco" es el no-lugar, en ninguna parte, donde no crece nada excepto las ganas de tumbarse un ratito más y esperar a que las cosas mejoren. Esta es la historia de Jeeter Lester (un antológico e inolvidable Charley Grapewin), su familia, compuesta por una mujer resignada a la olla vacía y sus dos hijos... o los que quedan de los 17 ó 18 que tuvieron. Sus vecinos, que sólo son otro viejo holgazán y su estridente e híper beata hermana. Jeeter espera el regreso del "Capitán" Tim, que les traerá una nueva y próspera oportunidad, pero mientras tanto debe conformarse con robarle un saco de nabos a su yerno, que constantemente viene a quejarse del mal comportamiento de su mujer.
Además de unos actores fabulosos y unos diálogos trepidantes, TOBACCO ROAD ejerce su propia denuncia social sin dejar títere con cabeza. Es cierto que el estupendo guion de Nunnally Johnson escarba en el singular y acogotado universo de esos seres, casi extraterrestres, que han hecho de la picaresca y el engaño su modo de vida, pero también es verdad que cuando por fin aparece el "Capitán" Tim no es para ofrecerles un subsidio agrario, sino acompañado del nuevo propietario de sus yermas tierras. Efectivamente, un banquero con pocos escrúpulos. Así, la problemática social se sacude todo rastro de solemnidad y no aparece quejumbrosa ni crepuscular; sólo en su emocionante final hay algo de Steinbeck, pero antes hemos disfrutado con estos maravillosos chiflados, incesantes e inasibles, poseedores de nada, pero apegados a una filosofía vital tan imposible de entender para quienes creen que "La Ruta del Tabaco" no es más que un par de cabañas rodeadas de polvo y hojas muertas... Pero mejor véanla, les darán ganas de tocar una bocina bien fuerte...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
4 comentarios:
Yo ya la he visto y más de dos veces...
No comparto tanto tu entusiasmo.
Recuerdo que en uno de los libros de Ford (el de Tras la pista de John Ford) la ponía mal el autor y decía que parecía estar hecha por el hermano gemelo malvado de Ford. Que era todo lo contrario de la de "Las uvas"... Puede ser.
En realidad yo creo que quiso hacer una de humor rural que se llevaba por aquel entonces. Lil Abner triunfaba en prensa y Steinbeck decía que tenían que darle el Nobel (creo que Ford también lo pedía) y se apuntaba a la cosa con "Tortilla Flat" (que me pareció más divertida que esta).
Como peli no me parece gran cosa, peeeeeeeero...hace unas dos semanas o tres alguien puso en un blog una escena en la que llega alguien en un coche y hay uno de estos aldeanos vagos esperando en una valla y suena una música y las imágenes eran preciosas. Un tono nostálgico muy bonito. La escena me dio ganas de revisar otra vez la peli (pero luego me acordé de lo que pasaba antes y después de esa escena y pasé).
Un saludito.
Sí, puede ser cuando llega Dana Andrews.
Ten en cuenta el carácter teatral de la obra original; mientras LAS UVAS... era un film de espíritu nómada (por motivos obvios), ésta precisamente necesita que nos quedemos en un trozo de tierra y sean los personajes quienes hablen y nos pongan en situación. En esta pelicula, cada vez que salen de ese trozo de tierra parece que han viajado cientos de kilómetros, cuando en realidad no están tan lejos.
No sé, a mí me encanta, porque me río un montón y seguidamente me entra penica, y esos son muchos matices... Te lo digo porque ahora mismo me estoy tragando PEARL HARBOR (Director's Cut). Así que...
De esa yo no he visto ni la edición sin director's cut (no tengo mucho interés en verla tampoco).
La Bahía de Miguel... Esto me ha inspirado algo...
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