jueves, 19 de junio de 2014

Alain Resnais: Tributo a un maestro #15



LA VIE EST UN ROMAN empieza como un pulcro retrato de época; dos amantes, en el interior de un coche, se profesan su amor con un deseo febril. Al momento estamos ante una gigantesca maqueta, el proyecto de un millonario para construir (y viene al pelo) una especie de Shangri-La donde todo el mundo sea feliz. Al poco, las bombas de la Primera Guerra Mundial rodean esta especie de palacio de cuentos, dejando el ambicioso proyecto inacabado; y, sin solución de continuidad, ya sabemos que en el presente (1983) se ha recuperado como una curiosaa institución educativa, basada en la libertad de los niños para recibir una educación sin coartadas ni castigos. Allí llegará una pacata profesora (Sabine Azéma, en la que sería la primera aparición en un film de Resnais, posteriormente su pareja), que se topará con un incomprensible sistema en el que es fácil confundir libertad con libertinaje. Sin ser de lo mejor de Resnais, no deja de tener sus puntos fuertes, además de iniciar el "grupo de trabajo" (fundamentalmente actores) del director francés para los siguientes treinta años. Le pesa el mareo de saltar constantemente del pasado al presente, e incluso unas escenas oníricas a las que cuesta encontrar el sentido; y, sin embargo, es un film desenfadado (a la manera en que un trabajo de Resnais pueda serlo) y con un uso del musical que posteriormente perfeccionaría. Es necesario, también, señalar al gran ilustrador Enki Bilal, que se encargó de realizar unos decorados francamente fantasiosos y que dejaba a las claras la debilidad de Alain Resnais por el mundo del cómic. Los actores, además de Azéma, quedan alejados unos de otros, y es complicado saber qué lugar ocupan Fanny Ardant o Vittorio Gassman, por no hablar de una espídica Geraldine Chaplin; más cohesionados se ven los luego inseparables de Alain Resnais, Pierre Arditi y André Dussollier. Una mezcla imposible entre HORIZONTES PERDIDOS y AMANECE QUE NO ES POCO... Ahí es nada.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!