jueves, 29 de mayo de 2014
Alain Resnais: Tributo a un maestro #13
Cinco años tardó Resnais en decidirse a filmar STAVISKY, una película tan engañosa como su escurridizo protagonista, un estafador húngaro que en la década de los treinta estuvo a punto de hundir la economía francesa con una emisión de bonos falsos a gran escala. Bien pudiera parecer ésta la gran premisa del film, con una ajustadísima elección para el papel protagonista de Jean-Paul Belmondo, que parece nacer para este tipo de personajes; sin embargo, no hubiese sido una película de Resnais de haberse conformado con una pulcra recreación, sino que, impulsado por el sagaz guion de Jorge Semprún, va dejando indicios de un país sumido en la indefinición de su política económica mientras el fantasma del nazismo va cobrando fuerza, en España parece inevitable el conflicto bélico y, como un espectro lejano y anunciador, Trotsky pasa sus últimos días "europeos" en una lujosa villa, donde ejerce de apóstol de la extrema izquierda. Cómo conjugar todo ello sin caer en la pesadez demagógica es una tarea ingrata y que le valió a Resnais un aluvión de críticas negativas; los mismos que renegaron de la experimentación al límite de su anterior film, después constataban (y ahora sabemos que equivocadamente) su inevitable deserción a un confortable estatus de narrador clásico. Yo no comparto esa opinión, porque STAVISKY me parece un inteligente alegato contra la hipocresía del Estado como falsa fuente de verdades inamovibles y porque además Resnais es capaz, sin repetirse, de volver a hallar una estética propia. Esto apoyado en una espectacular fotografía de Sacha Vierny y la elegante partitura ideada por Stephen Sondheim; aunque una mención especial sería para el gran trabajo del mítico Charles Boyer, aportando su carisma en el papel del aristócrata más allegado a Stavisky y que le dio un merecido premio en Cannes.
A descubrir sin prejuicios.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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