sábado, 24 de mayo de 2014
Silvestre vengo
De un tiempo a esta parte estamos asistiendo a una "cierta transformación" del cine de terror de bajo presupuesto; hemos pasado de los muñecos de látex y la hemoglobina desparramada a una fisicidad que busca, más que lo grotesco, lo extraño, lo atávico en un mundo dominado por el escepticismo. Algo de ello había implícito en el primer y más original Shyamalan, que usaba el fuera de campo con maestría y gran intención, y mucho han recogido tanto James Wan como Ti West, por nombrar dos puntas de lanza de este nuevo cine de horror americano. En esta misma línea estaría JUG FACE, film con mejores intenciones que resultados y que, precisamente por el inevitable proceso de normalización al que la industria somete cada acto insurrecto, suena incomprensiblemente a ya visto. El argumento gira en torno a una comunidad de rednecks que habita en mitad del bosque y que adora a una especie de agujero en el suelo que, de cuando en vez, les exige un sacrificio humano. Como todo es muy divertido por allí, también tienen a un alfarero medio tolay que esculpe jarras con caras humanas... y si te toca... pues eso... Luego está la protagonista, que es una mezcla entre Christina Ricci y Helena Bonham Carter (aunque a mí me recordaba a Macarena Gómez) y que, para pasar el rato, retoza con su propio hermano, quedando encinta de éste y trayendo la desgracia a su simpática comunidad. Todo se irá a tomar viento cuando la muy cuca esconda la jarra esculpida con su cara, puesto que el próximo sacrificio no estará nada claro y, en fin, que es mejor vivir en la ciudad y ser ateo a adorar un charco de lodo... ¡Digo yo!
Curiosa y tediosa a partes iguales.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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