martes, 24 de diciembre de 2019
Deja que nieve #2
Hay un problema insalvable en DIE HARD 2 (maravilloso título), y que los productores ni siquiera se preocuparon de exigir a los guionistas, que se limitaron a seguir el manual, cambiándole apenas el escenario (donde había un rascacielos, ahora hay un avión). Y hasta ahí lo malo... bueno, eso y que al pobre John McLane se le crucen los terroristas asesinos una y otra vez, y que tenga que acabar con ellos para quedar bien con la señora, que era algo que molaba en los 90, como que el prota fume o que se pegue un lingotazo de cuando en vez. Dirigía el ínclito Renny Harlin, un tipo al que nunca se le han caído los anillos a la hora de reconocer que lo suyo es el escozor adrenalínico y el encadenamiento de guasa y golpiza. A mí me gusta, qué quieren que les diga, pero la cosa iba desbarrando hacia la autoparodia peligrosamente... ¿o no?...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
1 comentario:
La autoparodia no está mal, funciona muy bien. Y casi me gusta más que la primera.
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