miércoles, 4 de diciembre de 2019
Cuernos
LA FEMME INFIDÈLE confirma, e incluso amplía, uno de los mejores momentos creativos de un Claude Chabrol más sobrio en las formas y atento en los contenidos, con gran inspiración en Hitchcock, pero sin perder de vista su habitual crítica a las clases sociales acomodadas. Puede que se trate de su film más introspectivo y opaco, sin un solo amaneramiento y con dos o tres escenas memorables, apoyadas siempre en la muy inquietante pareja formada por Stéphane Audran y Michel Bouquet (de quien me entero que está en plena forma a sus 94 años). Ellos son un matrimonio de clase media-alta, que tiene una apacible vida junto a su pequeño hijo, hasta que él empieza a sospechar que su esposa le oculta algo. De carácter tranquilo y educado, el marido medita qué hacer, cuando tras contratar a un detective privado, éste le confirma que se está viendo periódicamente con un ignoto escritor. Es imposible seguir contando nada más a partir de aquí, pues nos cargaríamos la gran sorpresa final, llevada por Chabrol con tanta contención y sutileza, que termina siendo sorprendente y esperada a partes iguales. Y, pese a sus referencias hichcockianas, que son muchas, más que un ejercicio de suspense, termina siendo una implacable disección del alma y carácter humanos, cuando son sometidos a una traición que consideran imperdonable.
No llego a considerarla una obra maestra, pero sí una de las mejores películas de la incipiente etapa chabroliana, y tiene un final tan hermoso como terrible, y en último término conmovedor.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Lo más interesante de esta excelente película es que su historia de infidelidad matrimonial funciona también como metáfora de una lucha de clases o de cómo la burguesía protege sus privilegios hasta las últimas consecuencias.
Saludos.
Totalmente cierto.
Un saludo.
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