miércoles, 25 de diciembre de 2019

Contra la fe



JUSTE AVANT LA NUIT, de 1971, partía de un hecho escabroso (nada menos que un asesinato) para escarbar en los entresijos de la culpa, la mentira, y cómo éstas se interrelacionan hasta confeccionar un traje a medida capaz de tapar cualquier monstruosidad, excepto cuando la conciencia se adueña del individuo. Durante todo el metraje, Chabrol, que no nos ha escatimado la identidad del asesino, lo presenta como un hombre hastiado, casi aburrido de sí mismo, pero que busca algún asidero para descargar su culpa, aunque le horroriza la idea de ir a la cárcel. Por un lado está el hecho de la infidelidad hacia su mejor amigo, desembocando en un crimen que la mujer casi rogaba en un juego sadomasoquista; por el otro, su matrimonio perfecto, su progresiva confesión y la insólita comprensión de ella, absolviéndole de todo pecado y, en un acto deliberadamente burgués, anteponiendo el bienestar de su familia a cualquier cosa que la desestabilice, incluso un crimen. Una película agria, áspera, taciturna como su protagonista (un excepcional Michel Bouquet), y que reconcentra al mejor Chabrol, despojándolo de cualquier artificio y elaborando un retrato a disposición del miserable como un ser de nuestros días, incluso al que nos hemos acostumbrado tanto que ni juzgarlo queremos.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!