miércoles, 23 de julio de 2014
Bastardo #3
Alguien debió prevenir al responsable de la campaña del gobierno francés contra las enfermedades de transmisión sexual, que el designado para el cortometraje iba a ser Gaspar Noé... JuasJuas! Bingo! Noé!... Esto sólo podría pasar en Francia. A usted, reconocida joven promesa del cine patrio, le dicen: "necesitamos reforzar nuestra imagen de país progresista y comprometido con la erradicación de las lacras sociales, como, por ejemplo, el SIDA"... y "usted sólo tendría que filmar un pequeño cortometraje... seis o siete minutos". Y veo a Noé, el tipo que más sonríe del mundo, bigotudo, feliz, dando insonoras palmaditas "¿Cuándo empezamos, gringa?".
El resultado: SODOMITES, o: siete minutos (al menos Noé es rígido con las restricciones temporales) de locura pornográfica malsana y... esperen un momento... Lo más parecido que he visto a cómo debe ser que se corran en tu cara cincuenta tíos malolientes. Esto no es una mala crítica, es una buena crítica; SODOMITES es exactamente lo que el cine necesita ser para no anquilosarse: intención, contenido y libertad para cohesionarlo ¿Que hay que hablar de lo chungo que es follar sin condón? Venga pues: una mazmorra. Los cincuenta tíos malolientes cascándosela. Una señora inclinada hacia delante y abierta de piernas. Un tipo con máscara de lobo al que tienen que sujetar para que no se desboque. Todo está preparado para una penetración anal. En exhibición. Pero...¡alto! Tenemos un preservativo negro, porque ni siquiera los lobos están libres de la infección... En otras manos, esto ya habría sido más que suficiente; Noé, sin embargo, no para en este golpe de efecto. Efectivamente, su cine consiste en mostrarlo todo, audazmente... Y a fe mía que lo muestra todo.
Brutal, genial, intemporal...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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