lunes, 21 de marzo de 2016

D. W.: El padre del cine #y 55



Todo lo que empieza, inevitablemente, tiene que acabar, y hoy, más de un año después. se termina el que ha sido el monográfico más largo de este blog. Y eso que sólo ha abarcado aproximadamente un 40% de la producción total de David Wark Griffith, ya que es imposible recuperar la mayoría de sus trabajos, sea por estar desaparecidos o conservados en filmotecas, como si de verdaderos incunables se tratara. El caso es que Griffith se despidió para siempre del cine con su segundo largometraje sonoro, THE STRUGGLE, que a mí me parece una obra maestra absoluta, pero que en su momento fue repudiada por la crítica, hasta el punto de provocar la retirada definitiva del hombre que, antes que nadie, dimensionó el cine hasta el estatus de "séptimo arte". Todo el (a mi juicio discutible) "cine social" palidece ante un film de una honestidad impresionante; cómo enfoca Griffith la caída en desgracia de un alcohólico, cómo pierde a su familia y termina destrozado y arruinado es uno de los ejemplos más estremecedores de dicho cine social mucho antes de que éste fuese identificado como tal. Esta es una película durísima, sin concesiones a la galería, con un mensaje que Griffith había introducido prácticamente desde sus inicios como cineasta, advirtiendo de los peligros de darle a la botella; moralina fácil, dirán algunos, e incluso yo podría estar de acuerdo con dicha observación, pero una cosa es el panfleto y otra muy distinta ponerlo en imágenes, crear una obra audiovisual potente y capaz de establecer lazos temporales con películas de similar vocación. Una vez hecho el recorrido por la inabarcable filmografía de este gigante, servidor ha experimentado una increíble afinidad con los puntos de vista de Griffith, sus constantes y obsesiones, y, como sólo suele ocurrir con los grandes maestros, los que una centuria después siguen siendo objeto de estudio, te das cuenta de cómo los temas son asideros inamovibles, las imágenes hablan aquí y allá, igualmente en tres minutos de 1908 o en tres horas de 1915. El cine de Griffith ha sido mirado siempre con recelo, tachado de anticuado o pretencioso, sin tener en cuenta que sin los pioneros a lo mejor todo habría sido mucho más difícil. No estoy seguro de que fuese un visionario ni un iluminado, sino más bien un estajanovista que no tenía un segundo que perder; un escultor de imágenes que sentó las bases para la representación histórica tanto como para dejar constancia de su propio tiempo, de los hombres y sus miserias, o de sus glorias, tan efímeras. A mí eso me parece que trasciende incluso la propia modernidad, que es un concepto que pasa de moda mil veces...
Rimbaud dijo que hay que ser absolutamente moderno, pero Rimbaud no llegó a pensar que en el espacio nadie puede oír tus gritos... Y el espacio es tan vasto...
Un placer, para mí el primero.
Saludos.

3 comentarios:

Rod-ae dijo...

Será hasta de agradecer que sólo esté visible el 40%... Mi enhorabuena!!!

Mister Lombreeze dijo...

El reverso tenebroso de Y el mundo marcha.
Una película durísima y, para mí, sin moralina.
El prota, un tal Hal Skelly, está inmenso.
Es de justicia que escribamos aquí su nombre.
Gracias por el serial, ha sido un placer.

dvd dijo...

El placer es todo mío. Gracias.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!