viernes, 11 de abril de 2014
Alain Resnais: Tributo a un maestro #6
Obra de esncial madurez y lirismo incontenible, HIROSHIMA, MON AMOUR define por sí misma la deriva de una cinematografía itinerante pero inconmovible. Esta historia de amor y horror, de personas que aman y personas que sufren, y de unos días que podrían o no ser reales, quizá (tal y como desvela la intensa escena final) el torrente de palabras desplegado por el apabullante texto de Marguerite Duras no sea más que una minuciosa descripción de dos ciudades tan inencontrables entre sí como la Hiroshima devastada por la bomba nuclear y la ignota Nevers en Francia, de la que vamos conociendo la auténtica circunstancia emocional de la protagonista. Parece un idilio, un enamoramiento, pero los cuerpos, aunque abrazados, soportan una lluvia de cenizas; y en el otro lado, el romance, inconsciente entre personas que pertenecen a bandos encontrados, termina conformando un horrible desprecio y hasta el confinamiento y la tortura psicológica. Y todo lo filma Resnais con sensibilidad extrema, acercándose a lo que más le importa, que es esa pareja cronometrada, que se anhela y se repudia, que quiere olvidarse pero no puede; bastante haríamos en volver a ver un film del que "creemos" saberlo casi todo, y del que sin embargo siempre podemos aprender algo nuevo. Por la inquietante partitura de Georges Delerue, por la tenebrosa fotografía de Sacha Vierny, por la impresionante interpretación de Emmanuèle Riva... La inmortalidad sin tópicos, y la belleza en menos de hora y media...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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