lunes, 15 de abril de 2013
La dificultad de narrar emociones
A finales de los años veinte, un jovencísimo William Wyler era el auténtico director estrella de la Universal; no sólo por la madurez demostrada para dirigir varios films en tiempo récord, sino por la calidad que era capaz de insuflar a guiones, en su mayoría, de fondo de armario. Otra cosa fue HELL'S HEROES, rodada en 1929, en los albores del cine sonoro, y adaptando la celebérrima novela de Peter B. Kyne "Three godfathers", que tendría otra versión, en 1948 y en color, dirigida por John Ford, del que se sabe que dirigió una versión muda cuya copia parece perdida. Sin embargo, merece la pena detenerse en esta rareza que yo encuentro adelantada a su tiempo y por diversas razones. Pese a empezar con los mismos tópicos de los westerns de aquella época, con la presentación de personajes y el entorno en el que van a interactuar (cuatro bandidos se reúnen en un polvoriento pueblo con la intención de robar el banco), ya el arranque, con una larga secuencia en el Saloon, donde un espléndido Charles Bickford anuncia a bombo y platillo a un incrédulo sheriff qué va a hacer en cuanto termine el whisky, contiene el ingrediente esencial para sorprender al público: no podemos imaginar la deriva posterior del guion. Los atracadores huyen a duras penas, uno es abatido, y los otros tres iniciarán un penoso periplo por un mortífero desierto y con un a sola cantimplora para compartir. Sin embargo, sus problemas no han hecho más que empezar, ya que se toparán con una mujer que, abandonada a su suerte, está a punto de dar a luz en una carreta. El dilema moral e incluso filosófico que queda abierto para estos improbables "tres reyes magos", que tendrán que decidir qué hacer con un bebé tras la muerte de la madre, en mitad de un desierto, desatará un torrente de emociones contrapuestas y que necesita de una mano templada, y la de Wyler ya lo era por entonces. Se trata de un film que merece la pena verse por la sensibilidad con la que aborda un guion descabellado, siempre al borde del ridículo, y que demuestra que la humanidad puede mostrarse en una pantalla, pero que es muy difícil hacerlo creíble. No le habría venido mal a Malick haber tomado algunas notas, de ésta y de la de Ford... Palabras mayores.
Tres saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
3 comentarios:
Pues no he visto esta.
Siempre he pensado que la "versión" anterior de Ford a sus "Tres padrinos" era la de "Tres hombres malos"...pero esa la vi hace un par de años, así que perdida no está. De todas formas, las dos de Ford...la muda y la navideña del 48 me gustan mucho. Apunto esta (no sé cuándo caerá).
No es la misma, y el título induce al error. La de Ford,de 1919, se titulaba MARKED MEN, y readaptaba mismamente la primigenia de 1916 de Edward LeSaint, de la que tampoco se conoce copia alguna. Todas, incluso la de 1948, tienen en común a Harry Carey como actor; pasando su rol de protagonista a secundario. No así en la otra adaptación, de 1936, dirigida por Richard Boleslawski, un director de lo más reivindicable y muy olvidado. Esta versión tuvo su polémica, ya que fue filmada en la Metro y los derechos de la novela original pertenecían a la Universal. Salsa Rosa, oiga...
Gracias por la aclaración.
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