Pues sí, la verdad es que me lo habían pedido ya alguna que otra vez, y como uno es un blando, pues nada: aquí empieza la serie dedicada al héroe sin poderes con el que Steven Spielberg actualizó, hace ya veintinueve años, el laxo y frívolo género de "adventures by the face". Algo que han intentado un montón de directores y/o productores sin apenas rozar el prodigio que aquel incipiente Midas, con la inestimable ayuda de sus coleguitas Lucas y Kaufman en su esplendorosa concepción, el tito Williams con su continuista y evocadora partitura, así como el ejercicio de estilo de Lawrence Kasdan en el guión. Difícil fallar con estos mimbres; pero INDIANA JONES: RAIDERS OF THE LOST ARK, también rezuma el encanto que su director ha imprimido concienzudamente a cada trabajo suyo, lo que ha hecho reconocible el "sello Spielberg" en todo el mundo. Si a todo ello le sumamos un reparto sin grandes estrellas pero de una solidez que luego se ha hecho imprescindible en toda la serie, el círculo quedaría cuadrado, pero aún nos quedaría un "pequeño" detalle. El personaje de Indiana Jones se quedó grabado a fuego en la memoria popular
y consolidó a un actor, Harrison Ford, el actor perfecto para el cine de género; un actor que venía de brillar con Lucas en STAR WARS y al que le quedaba, sólo un año después, su cima interpretativa, que sería en BLADE RUNNER.
Vista hoy, RAIDERS OF THE LOST ARK no pierde ni un gramo de su contundencia e inventiva; antes al contrario, Spielberg demuestra (sin saberlo, claro) que el Gran Espectáculo Visual de Entretenimiento, con mayúsculas, necesita de especialistas, decorados, FX's, transparencias y un delicioso uso del fuera de campo (algunas miradas valen por mil píxeles). Todo esto, unido por un frenético e inteligente montaje y una historia que, precisamente por lo inocenton, engancha (los nazis buscan el Arca de la Alianza para dominar el mundo e Indy se lo va a impedir... Oh, yeah!) atoda una generación que volvió a soñar con palomitas en salas donde los codos apenas se conocían.
Hablamos de un título mítico, donde todos tenemos nuestra secuencia favorita (personalmente, y en cada entrega igual, me quedo con los arranques) y (ahora lo veo claro) que hay que recuperar urgentemente para las generaciones digitales, para que saboreen aquel cine y hagan las comparaciones pertinentes... más de uno se sorprenderá de las ganas que tenía uno de quedarse a la siguiente sesión tras los títulos de crédito. Y mañana más.
Saludos desempolvados.
3 comentarios:
en efecto, los explosivos arranques de esta saga marcaron una época que ha resistido al tiempo y a sus múltiples imitadores.Grandioso.
Memoria sentimental, se llama... sniffff...
Gran, gran secuencia inicial, muy grande, como toda la peli, una de las que me marcaron de chiquitita e hicieron de mi un yonki de ver "piniculas". No sabría decir las veces que la he visto...¡hasta me leí una novela basada en la peli!
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