NANJING! NANJING!, o CITY OF LIFE AND DEATH, ganó la última Concha de Oro del festival de San Sebastian; y lo cierto es que, una vez vista, parecía evidente. Casi todo es evidente en el monstruoso film de Lu Chuan. Monstruoso es el despliegue técnico, cercano al inolvidable arranque de SAVING PRIVATE RYAN. Monstruoso es lo que se cuenta, no por lo que se cuenta sino por cómo se cuenta. Lu Chuan dispersa los fragmentos de miles y miles de cuerpos, desposeídos de su última humanidad, y los convoca en un feroz ballet de balas, humo, sangre y cualquier vejación que se nos pueda ocurrir. El salvajismo de sus imágenes, con una belleza inaudita en su milimétrica fotografía en blanco y negro, no proviene tanto del efectismo de la violencia, reconocible en otros títulos, como de la total ausencia de esperanza una vez que el ejército japonés se hace con el control de Nanking; desde la espantosa masacre en masa de prisioneros, pasando por la violación sistemática de las mujeres o la matanza incluso de los heridos en el improvisado hospital. CITY OF LIFE AND DEATH es la representación de un infierno, lo que le otorga un peso específico muy difícil de obviar en un certamen, pero también ello constituye un obstáculo para digerir sus más de dos horas de locura; porque, una vez pasado el primer aluvión de imágenes (y esto es igualmente aplicable a Spielberg), toda perspectiva es perdida de vista y comienza la banalización del horror, donde su inicial claridad visual termina por contraerse en una pasta de múltiples grises en la que es complicado distinguir a qué o a quién hay que seguir en la multitud. Se hace un poco larga y, pese a estar tan bien rodada, no se le debe perdonar su exceso de panfletismo; sin embargo, justo en el tramo final, Lu Chuan decide acudir a un verdadero maestro, y el espíritu de Kurosawa aparece por ensalmo en un espectacular baile-ritual de las tropas japonesas, que celebra la terrible victoria. Esta escena, por sí sola, convalida cualquier cosa, incluso una Concha de Oro. Uno de los espectáculos más terribles que he visto en una pantalla.
Saludos infernales.
2 comentarios:
Tus palabras describen a la perfección esta obra maestra del cine. Salvaje y terrible.
Un saludo
TEnía mis reservas antes de verla, y, aunque me parece mejorable en algunos aspectos, es una experiencia brutal para el espectador que espere "una peli más de guerra"...
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