lunes, 1 de agosto de 2022

Hasta arriba


 

Joseph Kosinski suele ser un director con ideas interesantes, súbitamente desperdiciadas por decisiones conservadoras, que de momento le han dejado como un buen artesano a la búsqueda del pelotazo definitivo. No es el caso de SPIDERHEAD, estomagante film que, como decíamos, se empeña en normalizar cada buena idea, optando por la cursilería comercial propia de Netflix, en lugar de indagar los aspectos más sorprendentes de la novela de George Saunders. Lo primero que rechina es la ubicación, pues si estamos en un futuro probable, esto apenas queda resaltado por detalles de decoración medianamente sugerentes, o una tecnología que, la verdad, tampoco es que sea la repera. Pero hay algo bueno aquí, y se refiere únicamente al trabajo con los actores. Miles Teller y Chris Hemsworth consiguen sobreponerse a dos roles nada agradecidos, el de un científico encargado de probar drogas que exacerban o atenúan las emociones, y el presidiario que se ha presentado voluntario para ello. Es un punto bien resuelto y que deriva en una comicidad casi involuntaria, cuando asistimos a las sesiones y somos testigos de los drásticos cambios en los voluntarios, algunos simplemente hilarantes. Es una película para ver si no se tiene nada mejor que hacer, con un ritmo aceptable, pero que en ningún caso va a glosar las listas de una ciencia ficción inteligente, si es que es lo que han venido a ver, o es lo que les han vendido por catálogo...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!