jueves, 18 de junio de 2020

Una historia de mujeres



GWEN es una pequeña película independiente, filmada en los duros paisajes de Gales, y con un trasfondo que podría llevar a múltiples equívocos. O es eso, o no he entendido esta historia yo tampoco. Y puede que sea básicamente porque han proliferado en los últimos tiempos una gran cantidad de propuestas similares; relatos de época que intentaban, con diversa fortuna, resarcir la figura femenina confrontándola a la brutalidad masculina, que solía usar con el mismo fin los apelativos "bruja" o "puta". En su debut, William McGregor es bastante más sutil que, por ejemplo, Robert Eggers, y se centra en la condición miserable de una mujer y sus dos hijas, que apenas logran subsistir en un desolado páramo, que gradualmente ha sido despoblado por el acaparamiento de las tierras por una importante mina. De huesuda concepción, me atrevo a decir que GWEN se fija más en Tarr que en Eggers, disponiendo una puesta en escena inquietante, pero en absoluto deudora del cine de terror, excepto en las extrañas visiones de la hija mayor, que podríamos ver como alucinaciones provocadas por el hambre o la enfermedad. Sin ser nada del otro mundo, es una película interesante, pero que necesita de nuestra colaboración sin ninguna duda; trasladar sus imágenes a lo meramente explícito sería un error, mientras que se pueden extraer algunas reflexiones sobre lo femenino, esclavizado y manipulado, si sólo se atiende al terrible destino de estas tres mujeres.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!