martes, 9 de junio de 2020
Tarantineces
No es un recién llegado Ant Timpson, y se le nota en lo claras que tiene algunas cosas, incluso para alguien que, con más de 50 años, se ha decidido a debutar en la dirección. Con una larga carrera como productor, el neozelandés puso en las manos del guionista Toby Harvard una idea que llevaba rondándole la cabeza mucho tiempo atrás, y que puede parecer muchas cosas, pero desde luego no una sola. COME TO DADDY es, ante todo, sorprendente; una amalgama de géneros con un guion endiablado, no porque nos cuente nada que no hayamos visto ya, sino porque contiene la maravillosa cualidad de "guiar" al espectador por donde cree tener el control, para seguidamente ir hacia otro sitio completamente distinto. A grandes rasgos, comienza como una comedia negra, algo estrafalaria, en la que un treintañero (un estupendo Elijah Wood) visita a su padre por primera vez desde que éste lo abandonara siendo un niño, y lo que encuentra es un tipo sombrío y alcoholizado, aunque termina por despertarle una mezcla de curiosidad y condescendencia. Sin embargo, aviso: cualquier camino que pensemos que puede tomar la película a partir de ahí es probable que no se corresponda con el que finalmente ocurre. Y me cuido mucho de desvelar nada más, excepto que la sombra del Tarantino más desatado sobrevuela todo el metraje, o que podamos rastrear a grandes renovadores del género negro, como Jeremy Saulnier o S. Craig Zahler, que no es poca cosa.
Muy recomendable.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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