viernes, 23 de agosto de 2019
La prisión interior
Y, qué diablos, vamos con John Carpenter y su mítica ESCAPE FROM NEW YORK, aquella famosísima cinta que era la gran estrella de los videoclubs (estaba siempre alquilada) y confirmó, a principios de los ochenta, que en cuestión de optimización de recursos al tío John no le tosía nadie. La película, vista hoy (señores, 38 años la contemplan), puede resultar algo desganada y difusa, pero sólo por la pirotecnia que se usaría hoy día. En lugar de ello, Carpenter filma esta distopía futurista (bueno, es 1997... ¿y qué?) con una especie de fría distancia, poniendo sobre los hombros de un icónico Kurt Russell y su "Snake" Plissken todo el peso de lo que no es más que un típico relato de aventuras, con mucho de western, pero que explota hasta la saciedad la ambientación de un Manhattan convertido en una gigantesca prisión, adonde van los criminales para toda su vida, ante la impotencia política de unos Estados Unidos destrozados y pendientes de una posible amenaza nuclear rusa. Un argumento así sería complicado de encontrar ahora mismo en el cine comercial estadounidense, que ya se ha acostumbrado a la autoindulgencia patriotera y la falta de autocrítica. "Snake" es un antihéroe total, usado por el gobierno para rescatar a un presidente que no le representa y obligado a matar a los que seguramente están más cerca de él. Un clásico por muchos motivos, sobre todo porque la han imitado de todas las formas imaginables, aunque nadie ha logrado tanto con tan pocos medios.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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