miércoles, 13 de marzo de 2019
Una cierta leyenda
Una de las películas más insólitas que entraban a concurso este año en los Goya fue ERREMENTARI, curiosísima producción vasca (y no es gratuito), auspiciada por la figura de Álex de la Iglesia y que merece un punto y aparte. Nominada tan sólo a los mejores efectos especiales, la película aprovecha el rico léxico de las leyendas locales para construir un relato terrorífico absolutamente clásico, y que por momentos llega a recordar incluso a la legendaria productora Hammer. Rodada originalmente en euskera, cuenta la historia de un misterioso herrero que supuestamente hizo un pacto con el diablo en mitad de las Guerras Carlistas, y que, de regreso a su aldea, ahora vive recluido y apartado de todo el mundo. Hasta que un día aparece un inspector del gobierno, que afirma tener indicios de que el herrero en realidad ha robado una gran cantidad de oro al ejército Carlista, lo que despierta la avaricia entre los lugareños, que se unen al inspector para descubrir cuál es el verdadero secreto que se oculta en la tenebrosa herrería, sin sospechar que la realidad supera al mito. Y más o menos esto es lo que ofrece Paul Urkijo Alijo en su primer largo, tras varios cortos que se movía en la misma línea, entre el fantástico y el terror; un film con una ambientación magnífica, buena fotografía y una música de Pascal Gaigne memorable, pero que nadie ha tenido en cuenta en la Academia. El gran problema del film es la disparidad de tonos, sin acertar a decidirse por uno, el director salta del terror clásico a la comedia estrambótica o incluso al aguijonazo histórico, lo que le resta empaque y coherencia. Sin embargo, es de resaltar la valentía de mostrar algunas cosas tal y como suponemos que aparecerían en el imaginario localista, en lugar de sofisticarlas innecesariamente, lo que termina por darle un exagerado y entrañable aire camp, muy acorde con algún título reciente de su productor. Una película que, sin inventar nada, eleva considerablemente el paupérrimo panorama del cine de terror español, lo que, créanme, no es poca cosa.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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