domingo, 3 de marzo de 2019
Rincón del freak #345: Matar dos mitos de un tiro. El hombre murciélago #4
Y en estas cosas, en 1972 que era, el tándem infalible Hanna/Barbera se sacó de la manga una cosa inenarrable que, francamente, no podía salir bien. Por un lado, se revitalizaba a uno de los personajes (grupo, más bien) más importantes y con más éxito de la casa, el mítico Scooby-Doo, y nada menos que en una especie de crossover junto a Batman y Robin, en lo que se prometía como uno de esos títulos destinados a ser de culto. Por otra parte, la franquicia pretendía inaugurar un nuevo modelo para sus personajes, el del largometraje, más ambicioso y con la mira puesta en la gran pantalla. El resultado no pudo ser más desalentador, porque SCOOBY-DOO MEETS BATMAN es una auténtica bazofia oportunista e indigna de una marca creativa repleta de joyas invaluables. Repartida en dos episodios de unos 45 minutos (otra decisión incomprensible), deja al hombre murciélago y su compañero en una pírrica anécdota de estaticidad desesperante y apenas un par de frases, mientras que al Gran Danés lo reitera en sus registros habituales, pero perdiendo el elemento sorpresa, ya que la trama (por decir algo) invoca como villanos a unos Joker y Pingüino también bastante insulsos, por no decir ridículos. Me imagino que no habrán sido pocos los fans (fanáticos) que habrán sucumbido a la revisión de este estropicio, por lo que me permito recomendar a quienes aún no la hayan visto que no pierdan el tiempo. Y a partir de la semana que viene ya empezamos de verdad con los films, que es lo mollar del asunto, para qué negarlo...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
nunca soporté a ese perro y su amigo hippie así que no hubiese caído... y desde chico que no me gusta eh! en cambio Batman es uno de los grandes grandes... saludos...
Bueno, yo siempre he sido un fan de todo lo que venía de Hanna/Barbera, pero esto fue una metedura de pata que nadie se explica. Y es que por entonces Batman mantenía ese halo de icono pop que parecía poder incluirle en cualquier salsa, pero todo tiene un límite, claro...
Un saludo.
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