jueves, 24 de diciembre de 2015

Malas costumbres



Si una película pretende hablar sobre un artista exponencialmente, lo menos que puede hacer su director es aportar un mínimo de confluencias entre la mirada propia y la de ese artista, que será más importante en tanto que ambos se busquen y encuentren a lo largo de dicho periplo. Esto es más o menos lo que ocurre en el desvaído y alocado biopic que el escocés Mick Davis dedicó a Modigliani, aunque más bien parecería dedicado a Andy Garcia, un actor tan enamorado de sí mismo que a veces olvida que interpreta a gente más interesante que él. MODIGLIANI insinúa que ya lo sabemos todo sobre el bohemio enfrentado contra las convenciones, así que desiste de mostrarnos nada más y su larguísimo metraje se reconoce a través de dos pilares rotundos: la irracional e instintiva animadversión entre el pintor italiano y un Picasso "engordado" para la ocasión y la tormentosa historia de amor con la longilínea Jeanne Hébuterne. Lamentablemente, ninguna de las dos funciona como es debido, y Davis parece incapaz de separarse de Garcia, extrañamente saludable y pizpireto. No sé si es más error de casting o simple incapacidad del director, pero MODIGLIANI no ha pasado a la historia como retrato definitivo o definitorio, sino como un lánguido tratado de malas costumbres según el tamiz impuesto (y es el nombre que acude inmediatamente) por un tal Baz Luhrmann...
A olvidar.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!