martes, 9 de junio de 2015
La complejidad de ser complejo
Sólo quienes hayan abordado la difícil experiencia de escribir una novela pueden ser capaces de hacer la afirmación del encabezado, porque existe y pulula cierta manía, de como expresión pseudoliteraria, que viene a recordar cansinamente que lo simple siempre es más complicado. No. Y hay mucho de esto en CANCIONES DE AMOR EN LOLITA'S CLUB, la penúltima película que rodó Vicente Aranda y que me sirve como despedida (momentánea, por supuesto) al pequeño recordatorio que hemos ido elaborando por su filmografía, tan llena de altibajos. Lo primero es afirmar que cualquier coincidencia con la novela original de Juan Marsé (otra vez Marsé) es una anécdota que flota en el reservado del lazo inguino-talamal que ambos dos, cineasta y escritor, compartieron durante el tiempo que se aceptaron a no entenderse. El texto es un amargo noir que ponía en la picota a un policía alcoholizado y destruido emocionalmente por una experiencia pasada en el País Vasco; la película, a fuerza de enredarse en lo que menos importa, que es la aparición del hermano gemelo y retrasado, pierde la oportunidad de ahondar en este carácter sombrío y vengativo. La culpa es de Aranda, incapaz de esbozar a un Santos Trinidad como dios manda, pero sobre todo de un actor tan limitado de recursos como Eduardo Noriega, al que, claro, aquí no le puede salvar su físico. Es decir, que aparece por todas partes la maldición del "personaje único", que es lo que tantos fiascos ha proporcionado a malas adaptaciones literarias; todos parecen el mismo, y por acortar, fuera del insidioso foco de acción, el resto ni siquiera llegan a secundarios, sino que son meras presencias físicas que no aportan nada a la narración. Una lástima, porque la novela es oro puro, y me hubiese gustado ver el material en manos de un Urbizu, aquél a que se parecía tanto otro Aranda, no tan complejo, pero al menos más consistente.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Aranda era un tipo con una filmografía muy irregular, llena de películas muy buenas y de inexplicables bodrios. Esta no la vi: en los últimos años de su carrera dejé de seguirlo tras "Tirante el Blanco", que me pareció infame. Le echaré un vistazo algún día para cerrar su filmo. Una lástima que se adapten mal novelas buenas, por otra parte.
Yo creo que era un director con un sentido del cine muy rudimentario, que mezclaba muchos géneros y quizá pensaba que un exceso de fidelidad a una novela era una garantía. Como ya dije, la única adaptación literaria suya que me parece acertada es FANNY "PELOPAJA".
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