martes, 6 de septiembre de 2011
Los culpables
Sin ser su mejor trabajo, ni mucho menos, lo que llama la atención (ahora, y no antes) de BENNY'S VIDEO, el segundo trabajo cinematográfico de Michael Haneke, es la precisión con la que adelanta las que habrían de ser las constantes de sus posteriores títulos, los considerados clave en su imparable filmografía. El cine del alemán es preciso, de corte cirujano, y al mismo tiempo inconformista y sorpresivo; es difícil quedarse con una sola deriva del mismo, porque no lo pretende. Sin ser excesivamente ambicioso, aspira a abarcar una enormidad de aspectos (sociológicos, psicológicos, emocionales, culturales...), para mixturarlos lo más objetivamente posible y extraer conclusiones que normalmente no esperaríamos. Aquí, todo indica que Benny, un chaval de 14 años, es quien ha de atraer toda nuestra atención. Benny es inteligente, serio, distante y poco hablador; pasa casi todo el tiempo encerrado en su cuarto, editando sin parar los videos que él mismo graba, obsesionándole particularmente uno que muestra la muerte de un cerdo en un matadero. Benny, casi siempre solo, con sus padres totalmente desvinculados de él, hará una barbaridad que no voy a desvelar por si hay alguien que no la ha visto; pero, como quería indicar al principio, no es esto lo que realmente importa a Haneke. Lo que importa a Haneke es descifrar ese "código de conducta desconocido" mediante el que un chico aparentemente normal se convierte súbitamente en un monstruo desalmado; para ello, son capitales la sobria puesta en escena y la apabullante interpretación de un jovencísimo Arno Frisch, al que veríamos después en FUNNY GAMES. Sin embargo, lo mejor de BENNY'S VIDEO es cómo Haneke introduce en el tramo final a los padres del muchacho, filmando su inesperada e igualmente repugnante reacción, una reacción que no puede ser justificable de ninguna de las maneras y que constituye el verdadero interés de lo que podría haber quedado como una cinta de horror truculento más, pero termina siendo una escalofriante disección de la sociedad burguesa/acomodada, sus pestilentes trastiendas, que pocas veces son aireadas. No, no es lo mejor de Haneke, pero como siempre decimos, hasta lo peor de Haneke tiene algo por lo que merece la pena echarle un vistazo; y el hecho de que no sea lo mejor no quiere decir, en absoluto, que sea una mala película.
Saludos editados.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
6 comentarios:
Esos códigos de conducta desconocidos que tanto fascinan a Haneke y que repetidamente ensalza y de los que hace apología en sus películas, le serían menos desconocido a este director si leyera algo de siquiatría. Haneke se inventa unos sicópatas que no existen en el mundo real para que queden mejor en sus películas. Yo crep que Haneke no ha diseccionada nada en toda su filmografía salvo sus propias fantasías. Me dan más miedo las pelis de Gaspar Noé. Haneke es una rara avis, sin duda, pero eso no significa que su obra sea tan interesante como se le publicita.
No voy a ser yo quien defienda a un director que ha ganado la Palma de Oro...
Y además, comparar a Haneke con Noé... ¿para qué? Los dos son aperturistas, y muy buenos directores de cine...
A mí Haneke me aburre sobremanera y sus pelis no suelen gustarme ni les veo el sentido.
Hombre, pues lo comparo con Noé, precisamente porque los dos son aperturistas. Uno me gusta y el otro no. Y sobre todo los comparo por hablar de algo.
Luis Cifer, otro maño rebosante de sabiduría cinéfila.
Dios los cría...
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