viernes, 30 de septiembre de 2011

Lo normal



Me interesa muchísimo, cada vez más, esa última época de Truffaut, la que dedicó (evidentemente sin saber que habría de morir poco después) a indagar en las posibilidades de la normalización tras todas sus tormentas "doinelianas". Llámenlo, si quieren, aburguesamiento ¿y qué? ¿Es que los "cahieristas" no tenían derecho a plasmar lo que durante tanto tiempo les fue ajeno y hasta hurtado? Según lo que yo he podido ver, tanto en Rohmer, Chabrol o Rivette (por poner ejemplos cercanos), su bisturí ha sido más fino cuanto más cercanas han sido sus historias. Calificar LA FEMME D'À CÔTÉ como un mero drama intermatrimonial-pequeñoburgués, con sus celos, sus cuernos y sus ritos diarios sería dejarlo todo un poco a la deriva, cosa que no me creo de un director tan meticuloso como Truffaut. Igual que importa menos el lío casual-sentimentaloide que el órdago de sentimientos reprimidos, perfectamente engarzados en una línea narrativa cristalina y de pocas fisuras. El argumento nos habla de una casualidad fatal, la de un hombre y una mujer, ambos casados (y retengan el término, no es poca cosa ese pesar continuado), que una vez vivieron un romance de los que todo el mundo debería vivir alguna vez; ahí acaba el supuesto amour fou tan cacareado, y lo que viene después es un amargo relato de insatisfacciones, ataduras psicológicas y un continuo "cómo putear al prójimo". No veo tanto a Hitchcock y sí a Sirk; veo unos personajes temblorosos, muertos de miedo al mirarse al espejo; veo la decadencia de finales del siglo XX, a un Visconti de andar por casa. Veo a Depardieu y a la Ardant quererse, odiarse, amarse y destruirse por un mero hecho puntual, quizá por pura vanidad, por no querer renunciar a esa inesperada segunda oportunidad, o por no reconocerlo ni siquiera ante ellos mismos. Reconocer el declive, la futilidad, el pasar de los dias sin más objetivo que aguardar un final más o menos digno... y tranquilo. Sí, al final sí aparece Hitchcock, pero sólo para remarcar trágicamente que lo que empieza mal sólo puede terminar peor. Por cierto, impresionante secuencia final... No se la pierdan.
Saludos aquí al lado.

2 comentarios:

David dijo...

Yo esta no la he visto... pero tom o nota de tu recomendación y....
¡¡pero qué delgado estaba Gerard!!...

dvd dijo...

Sí, hace treinta añacos de ésta...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!