Ayer lo pensé; hoy lo escribo: si queremos hablar acerca de INDIANA JONES AND THE LAST CRUSADE, no podemos hacerlo de la misma forma que de las dos anteriores. Spielberg tenía una necesidad imperiosa, visceral, por explicarnos por qué Indy hacía las cosas que hacía; sus orígenes, su familia, sus motivaciones... Así que, ocho años después de su presentación en sociedad, le puso tras la pista del misterio de los misterios, el Santo Grial; mostró al joven Indy con el rostro del malogrado River Phoenix y se sacó de la manga a Sean Connery para que hiciese de padre mordazmente britanizado, por lo que el carpetazo prometía ser definitivo. No fue así, pero esa es otra historia, porque ...THE LAST CRUSADE, además de ser innecesaria comete la imperdonable torpeza (aquí ya no guionizaba Kasdan) de mezclar impunemente a la generación que creció al amparo de las dos anteriores, y que ingresaba en la adolescencia, con la inmediatamente posterior, que si había visto a Harrison Ford recoger su sombrero era en una cinta de VHS, así que el estropicio estaba asegurado. No es una mala película, ni mucho menos, pero el lastre que debía superar en su momento fue demasiado incluso para Spielberg, que comenzaba por aquella época a oscurecer su discurso fílmico tras la fallida ALWAYS y el posterior desastre de HOOK. Así pues, se trata de un film más "adulto", si se quiere, pero con menos encanto y mucha menos imaginación para que nos traguemos las andanzas del arqueólogo más dinámico y sudoroso de la historia. No deja de ser curioso que Spielberg sucumbiera al mismo irrefrenable impulso casi veinte años después, así como que los resultados dejaran a más de uno tan desorientado que ya no sabía qué opinar acerca de esta forzada continuación... Pero eso también es otra historia, aunque la contaremos, descuiden...
Saludos cruzados.
3 comentarios:
Apaga el transistor niño.
Bueno me parece un peliculón por todo lo alto, cada vez con mas acompañantes y comparsas pero que en este caso son de lujo. Si que es algo mas adulta que las anteriores pero a mi ya me pareció bién, que también crecí con ellas. Totalmente necesaria!
Bien, es verdad que se nota ese cambio de discurso pero yo estoy con el amigo Lucifer en que me sigue pareciendo imprescindible. Diferente a sus ilustres predecesoras, pero imprescindible. Lástima que no se acabara aquí la historia...
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