viernes, 25 de agosto de 2023

Películas para desengancharse #115


 

Adaptando (y adoptando) el vagón de cola de la crítica, trasnochada y abúlica, de Carlos Boyero, me parece a mí que es absurdo hablar de EL CRÍTICO como un documental, por mucho que en ese sentido sea horrible. Prefiero pensar que estoy ante una ficción diabólica, con un señor inane al que dos estipendiables de la cámara han usado para intentar hacer algo a lo Kiarostami. Imposible, porque es lo que tiene la linealidad literal de lo subjetivo, que ni conmueve ni informa, tan sólo sacia buches impotentes. Así, EL CRÍTICO es como un eructo sin disculpa, una película aprisionada por la necesidad de no molestar al molesto entre los molestos. Y me pregunto por qué. Me pregunto, sobre todo, para qué preguntarle, a no ser que los pactos puedan formar parte también de una no ficción de canal temático. Será paráfrasis o no, pero es lo que tienen las líneas de nicotina, que desvirtúan el sabor de una crónica entripada. A pesar de eso, incluso por eso, me flipa que lo único interesante de esta película sin enganche sea su protagonista. Debe ser por ello que me haya saltado algún que otro protocolo, como dejar pasar más tiempo. Tampoco me parece necesario...
Saludos.

2 comentarios:

ricard dijo...

Bueno, a mi me pareció curiosa. Boyero me ha caído siempre bastante mal guiándome por la prepotencia que asoma de sus críticas. Visto a través del ¿documental?, resulta más entrañable sin llegar a simpático: un gamberro necesitado de cariño, aturdido por el paso del tiempo. Lo mejor, su afirmación de haber cumplido su objetivo en la vida, que, a diferencia de sus cinéfilos amigos de juventud, consistiría básicamente en no hacer nada.

Saludos.

dvd dijo...

A mí debería caerme bien sólo por eso, porque suele ser atrayente ese contorno del abismo que habitan los que pelean a la contra. El problema es que hace mucho tiempo que Boyero prefiere polemizar a analizar, y eso despierta suspicacias en quienes seguimos con el pellizco de antaño casi intacto. Eso por parte del personaje, que es incapaz de hacer que me reconcilie con él; el documental, sin más, es mediocre. De hecho, aún sigo dándole vueltas sobre su inclusión en el monográfico, basado en razones que sólo un amigo muy íntimo conoce...
Un saludo, y gracias por comentar.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!