lunes, 24 de agosto de 2020

Libertad duradera



Es fácil caer en contradicciones frente a un film como THE OUTPOST. No ocurría así en títulos clásicos del género bélico, cuya impecable factura les ha hecho sobrevivir incluso a su dudoso mensaje panfletario. Así las cosas, uno no sabe muy bien qué pensar ante el ejercicio de claustrofobia controlada orquestada por Rod Lurie, un viejo conocido de ese "americanismo" de baja intensidad. Basada en el libro del corresponsal de guerra Jake Tapper, transcurre enteramente en un puesto avanzado en Afganistán, cuya sola ubicación ya da mal rollo: a los pies de un enorme valle rocoso. No soy ningún experto en estrategia militar, pero casi se puede intuir que no es el mejor sitio para no quedar expuesto. Centrándonos en la película, los ecos de LA DELGADA LÍNEA ROJA, SALVAR AL SOLDADO RYAN y, sobre todo, BLACK HAWK DERRIBADO, supuran por sus tensas imágenes, flaqueando en unos diálogos estúpidos, y confundiendo constantemente con la identificación de personajes, por momentos prácticamente imposible. De hecho, se puede decir que ni siquiera hay un protagonista, saltando de un tímido Scott Eastwood a un Caleb Landry Jones más comedido que de costumbre. Total, una película sólo para incondicionales del género, y sólo porque las escenas de tiroteos están bien rodadas; a partir de ahí, alguno nos preguntamos si aún nos dura aquella payasada de "libertad"...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!