sábado, 18 de enero de 2014
La voluntad del mal #7
... Y en esto, llegaron los italianos. O lo que viene a ser lo mismo: al pobre Dr. Mabuse, a lo poquito que quedaba de él, le añadieron chistes escatológicos, tetas internacionales portadas por chicas tontuelas, hombres rana y, por fin, la sublimación del inevitable protagonismo de un 007 que a mí me da penilla, porque Peter Van Eyck no se merecía eso. El engendro se tituló de dos maneras, DIE TODESSTRAHLEN DES Dr. MABUSE, en alemán, y I RAGGI MORTALI DEL Dr. MABUSE, en italiano. Y su delirante argumento nos lleva (otra vez) desde Scotland Yard, donde el Mayor Bob Anders ha sido designado para viajar nada menos que a Malta, donde se sospecha que el Dr. Mabuse ha elaborado un diabólico dispositivo para aniquilar (otra vez) a la humanidad entera. Las condiciones son extremas: entablar contacto con el enlace, que es el farmacéutico local, y viajar con una despampanante señora "para no levantar sospechas". Una vez allí, el periplo se compone de fiestas "jetsetianas", ligoteos varios, atentados a su persona, hombres rana diabólicos y la constatación de que una chaqueta blanca puede seguir impoluta tras salvar al mundo.
Ojo. Para un día de estos tontos, en los que quieran emular las andanzas del Mundo Viejuno entre gin-tonics y almendras saladas, la versión doblada al italiano no tiene precio. Tampoco ver la peor lucha jamás filmada en un campanario o a la pobre Rika Dialina, una curiosa maggiorata griega y estrábica... Cosas de las coproducciones...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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