viernes, 22 de noviembre de 2013
Sawyer revisitado
Hay dos aspectos esenciales por los que MUD, que a priori tendría muchas cosas para que no me gustara, me parezca una obra valiosa y que recomiendo se vea al menos un par de veces para esponjarla en toda su intensidad. Uno es que su historia, su desarrollo, incluso al final, nunca rehúye la pelea; antes al contrario, Jeff Nichols filma su película más desnuda y despojada, y apenas necesita apoyarse en los cónclaves del relato clásico para dotar a sus personajes de una humanidad y una coherencia que, desgraciadamente, tanto nos cuesta encontrar en el cine norteamericano de hoy día. El otro es que parece una jugarreta de nuestros sentidos que nos recuerden, tras verla, que casi llega a las dos horas y media, porque está tan bien contada que pasa en un suspiro. MUD es la historia de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, es lo que en su momento quiso contar Mark Twain tras su narración de aventuras; es, en último término, el mundo de los sentimientos enfrentado en una lucha y contradicción permanentes. La figura de Mud (atención a este Matthew McConaughey absolutamente renacido) es el eje transcromático a través del que la historia se despliega con corazón y elegancia; primero porque sirve al chico (sobre todo a uno) que lo descubre para darse cuenta de lo jodida que es la vida y que a veces no hay que fiarse de las apariencias; luego, porque engarzamos con Juniper (una irreconocible Reese Witherspoon), esa improbable princesa encerrada en el torreón, en realidad un destartalado motel, que espera (o no) a que su caballero andante la libere. Asimismo, la complejidad del guion ideado por Nichols, aun reconociéndole su loable simpleza de formas, continúa yendo siempre un poco más allá y nos presenta a unos secundarios imprescindibles: el padre fracasado e impotente; la madre callada y comprensiva; los gangsters que buscan a Mud para hacerle pagar por sus errores; el misterioso vecino, que parece observarlo todo desde su atalaya... Una pléyade estratégicamente distribuida alrededor de ese espacio mítico que es "la isla", un no-lugar al que los chavales van en busca de aventuras y donde se darán de bruces con otra cosa, la madurez acaso. Para mí, una película tan valiente como necesaria y que despeja cualquier duda sobre el talento de este director, que no sólo no enmascara sus defectos, sino que los usa con esperanza de mejora. Brillante.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
3 comentarios:
Para mí, uno de los mejores estrenos en lo que llevamos de año. Saludos.
Sin duda. Es cine del que uno sale satisfecho, y eso no abunda últimamente...
Coincido con ustedes, señores.
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