sábado, 2 de noviembre de 2013
El espejo roto #6
Me ha pasado la misma cosa con ambas temporadas de BLACK MIRROR, y sin ser nada que me preocupe, no deja de ser curioso. Si 15 million merits era mi episodio favorito de aquélla, The Waldo moment lo es de ésta; y ambas son, al parecer general, lo más flojito del lote ¿A qué es debido esto? Supongo que algo tendrá que ver mi rapaz animadversión al formato serial, a las continuidades innecesarias en pos de una forma, sin que la creación pueda imponerse al recuadro que la contiene. The Waldo moment es una especie de liberación respecto a los cinco episodios anteriores; no importa tanto aquí el uso y abuso de la tecnología, como sí la capacidad del ser humano como máquina para pensar por sí mismo, incluso con dulces engaños, incluso contradiciéndose a cada decisión tomada. Se nos propone el complicado ejercicio de reflexionar acerca de qué pasaría si en unas elecciones uno de los candidatos no fuese una persona, sino un personaje interpretado por una persona. Se abre así un debate interesantísimo sobre el significado verdadero de la identidad en un mundo dominado por el poder de las apariencias. Waldo es un oso azul, una caricatura mordaz e irreverente que usa un lenguaje conscientemente escatológico y que es el azote del candidato conservador a unas elecciones locales; conoceremos al actor que lo interpreta mediante un sofisticado equipo, quizá el único capaz de medir las consecuencias reales cuando una extraña propuesta proveniente de Norteamérica se instale como una poderosa oportunidad a varios niveles: presentar a Waldo a las elecciones. Y mientras la cadena responsable del personaje se frota las manos ante el negocio del siglo, el seísmo ontológico abierto impulsa el verdadero valor de un episodio que, es cierto, coquetea demasiadas veces con el ridículo. En un momento dado, Brooker podría haber sido más audaz aún, subvertir las reglas naturales y haber maquinado un dios perverso; en lugar de ello, el final de este episodio no consigue dejarnos definitivamente boquiabiertos, aunque sí con ganas de que la fiesta continúe. Veremos...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
¿este fue el más flojito del lote?
A mí fue el que más me gustó de la 2ª temporada.
Me recordó un poco a "Un rostro en la multitud" de Kazan, o a "Juan Nadie"... Pero me parece que está francamente bien. El anterior, que veo que a ti sí te gustó, no me pareció tan bueno.
Un saludo.
No, a mí el que más me gustó fue éste. Sobre todo porque es el que tiene más mala leche...
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