lunes, 30 de septiembre de 2013
El hombre moderno y su laberinto
Esta semana la va a copar, desde hoy hasta el Sábado, uno de los nombres fundamentales del séptimo arte desde hace, al menos, cuatro décadas. Seis películas de Francis Ford Coppola desde su gran estallido a principios de los años setenta, pasando por las claves para entender su posterior declive, cimentado entre los ochenta y noventa, y terminando con dos de sus films más recientes, donde casi podemos rastrear ya a un creador zarandeado por la industria y con un calidoscopio diferente.
Y es que mucho ha cambiado el cine de Coppola desde, por ejemplo, THE CONVERSATION, que para muchos cinéfilos (aunque a mí me parezca aventurar demasiado) es su verdadera cumbre, incluso por delante de los dos primeros "godfathers". Simplismos aparte, estamos ante una obra compleja y de difícil recorrido, un film sin género que comienza hablando de una cosa y que gracias a su impresionante guion desemboca en otra muy distinta. Su inolvidable comienzo, con esas imágenes a vista telescópica y extrañas frecuencias de sónido, nos introducen en el cuestionable mundo de Harry Caul (excepcional Gene Hackman), un detective especializado en escuchas y vigilancia que es contratado por una importante suma de dinero para que vigile a la mujer de un misterioso millonario y así probar su supuesta infidelidad con uno de sus empleados. Coppola echa mano de todo su ingenio y ofrece un in & out impecable, donde el espectador, con la dosis justa de información, irá incrementando su curiosidad por esas escuchas que Caul intenta afinar y desentrañar y que, una vez llegados al punto álgido del film, no sólo resultarán ser mucho más sorprendentes de lo que esperábamos, sino que llevarán al detective a una progresiva degradación perceptiva que le hará desconfiar de todo el mundo. Si el principio es bueno, el final es brutal como metáfora del hombre vigilado e incapaz de mantener su intimidad a salvo. Uno de esos films que nunca deberían faltar en una cineteca particular de calidad y que además se mantiene con toda su fuerza y frescura cuarenta años después de su realización.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
La tengo original. Es una puta obra maestra. Lástima que Coppola hoy esté tan caidito.
No he hablado mucho de los actores, pero Hackman y Cazale están de oscar. La larguísima escena en el loft de Caul, donde terminan todos borrachos, es una de mis imprescindibles de todos los tiempos. Espectacular.
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