jueves, 13 de junio de 2013
Rubik nuestro que estás en los cielos
Vamos con una de las buenas, porque es buena y porque ya tocaba registrar el cajón... Llevo ya un tiempecito diciendo que sólo existe una manera de renovación válida para el género de terror, para cualquier género, pero sobre todo para el terrorífico por sus características especiales, como es esa necesidad constante de sorpresa, de lucha contra el tedio de sus propios resortes y clichés. Sobre resortes y clichés va THE CABIN IN THE WOODS, que propone lo mismo de siempre... pero móvil. Y me explico. Este ingenioso artefacto comienza por colocar al espectador ante "su peli de miedo jodidamente arquetípica". Y cuento, y no desvelo nada. Hay una cabaña en mitad del bosque a la que va un grupo de jovencitos en una secuencia inicial que no puede ser más trillada; poco a poco los vamos conociendo, y son los de siempre: el guapo cachas, la rubia macizorra, la "menos maciza" pero más inteligente, el friki salido y desgarbado... Sí, sólo falta Scooby Doo, pero ¿y si les digo que a partir de ahí puede que salga hasta Scooby Doo? ¿Y si resulta que toda esta causa-efecto de típica peli de terror no es más que una excusa para desatar algo mucho más grande y más complejo. Eso es, como en el cubo de Rubik. Contaré un poco más, no mucho. Llegado el momento, salen los monstruos; los chicos corren, los monstruos los persiguen, terror, intriga... Y de repente... Hombre, no sé si ya estoy contando demasiado, pero lo remataré diciendo que todo cambia radicalmente, que parece que nos encontramos en otra película diferente y que el final es de lo más retorcido que ha ofrecido el cine comercial desde hace tiempo ¿Problemas? Muy pocos, porque la propuesta tiene escasas pretensiones y sí una saludable intención de subvertirlo todo hasta llegar a extremos que dejarán a más de uno de una pieza. Yo apenas le pondría un pero, aunque me parece inevitable: el final-final, que yo esperaba menos efectista y mucho más reflexivo, sobre todo teniendo en cuenta que el caramelo que Goddard y Joss Whedon (co-autor del tremendo guion) nos ponen, crece en sabor a medida que la resolución se acerca, pero vaya, que tampoco pido yo tanto. Véanla sí o sí, y si no ponen cara de tontito incomodado con cierta escena en la que sale un lobo disecado... háganmelo saber.
Saludos arquetípicos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Lo del final es antológico. Ese chaval es el nihilista con más cojones de la Historia de la Humanidad.
El final está muy bien, pero yo, ya metidos en harina, me esperaba algo incluso mucho más bizarro...
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