domingo, 9 de junio de 2013
Rincón del freak #111: Pequeñas meteduras de pata sin importancia
En El Indéfilo pareciese que quisiéramos ensañarnos cada Domingo con algunos grandes clásicos, desenterrando esos títulos de los que nunca se sintieron muy orgullosos; nada más lejos, la intención real es, y siempre ha sido, acercar el cine clásico desmitificándolo y demostrando no sólo que cualquier tiempo pasado no tuvo por qué ser mejor, sino que todo el mundo, incluso los grandes maestros, tiene que comer.
Otto Preminger, por ejemplo, es un valor seguro para cualquier buen cinéfilo; poseedor de una filmografía tan ecléctica como poderosa, Preminger es uno de los nombres clave para entender cómo un artista con inquietudes podía infiltrarse en la gran Industria, triunfar en ella y perdurar para siempre. Sin embargo, el cine de propaganda norteamericano no perdonaba tibiezas, y suponía una imparable máquina de recaudar al tiempo que efectuaba un implacable desarrollo concienciatorio en una sociedad necesitada de referentes preclaros ¿Hablemos de nazismo? ¿otra vez? Hablemos de nazismo, de unos nazis de andar por casa, del propio Preminger, con su habitual sorna austríaca, con monóculo y frac. Nazi pero bon vivant, hombre de dios. Pongamos Joan Bennett... vale, de acuerdo. Y tampoco hace falta que vendamos nuestra alma al diablo, porque esto es propaganda como un castillo de grande. Ahora bien, los nazis muy malos, los americanos muy buenos... pero de ahí a meter con calzador al inefable Milton Berle hay ya mucha tragadera, la verdad. Que sería como si Berlanga hubiese perdido el juicio y le hubiese dado por rodar "El Súper Guardia Civil contra los comunistas diabólicos del infierno" y le hubiese dado el papel principal a Paco Martínez Soria... Sí, Berle fue precursor de Jerry Lewis o, más recientemente, de Jim Carrey; y su "humor" casposo y reaccionario tenía muy poca gracia, pero ensalzaba los valores tradicionales americanos, y eso vende mucho y muy bien. Así que tenemos al policía heroico a la par que chuleta y truhán con las señoras, que no sólo hará chistes del cretácico, sino que encima desmontará los planes del malvado nazi, al que le gusta ir a la ópera y fumar puros... Una bazofia intragable que se llamó MARGIN FOR ERROR y que a uno le cuesta admitir que fuese dirigida por la misma mano que sólo un año después fabricó una obra maestra de todos los tiempos titulada LAURA... Increíble pero cierto.
Saludos al margen.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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