Al final, lo curioso es que, con ésta, han aparecido por aquí nada menos que tres films del ínclito Jared Hess, que no es que haga películas frikis, es que no parece concebir ningún modo de vida que no sea directamente tamizado por una especie de filtro distorsionador. Los freaks, los raros, los diferentes, normalizados, o más bien aglomerados, alineados y, finalmente, dioses de su propio microcosmos vital. Esta película no ayuda para nada a cambiar esa noción que casi todos tenemos de lo que a lo mejor antes era una broma estética, pero que ahora es incluso objeto de culto ¡Cómo cambian los tiempos! NAPOLEON DYNAMITE trata de un tipo con cara de alelado cuyos mayores problemas son apoyar a su amigo Pedro en su candidatura a ser delegado de clase y pasar un poco más de tiempo con su abuela. Y ya está. Lo dije en otras ocasiones, y es que una cosa es dramatizar lo extravagante y otra que esto te sirva para encauzar cierto discurso, sea éste el que sea, pero que contenga algún tipo de mensaje, ya que alguien se está tomando la molestia de rodar una película, claro. Los minutos van pasando y apenas hay un par de situaciones bochornosas en mitad de un desierto intelectual, sólo el tipo, impasible, sentado en un sofá o dibujando en una libreta. Ni siquiera el terrible baile de clausura logra encender algún tipo de chispa. No hay nada de qué hablar, no hay nada más que ver, no hay nada más allá de esta broma de mal gusto, ni la habrá por muchos años que dejemos transcurrir. Así es la cosa.
Saludos típicamente dominicales.
3 comentarios:
No la he visto. ¿No se ríe uno ni un poquitín?
Sí, de las pintas que llevan los notas, pero no es que tenga así chistes graciosos... No sé, es muy rara... muy rara...
Bueno, si algún día tengo la oportunidad le echaré un ojo, a ver
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