Normalmente suelo dejar para otros con más paciencia y recorrido el basar gran parte del análisis de un film en el ingrato territorio de los detalles meramente recopilatorios; dícese de años, músicas, guiones, actuantes e interactuados. Labor, a mi juicio, más propicia para quien compila a modo de coleccionista; no digamos para quien "pasa por", sólo por poner una carátula, una fecha y otras wikimemeces. El propósito que claramente me marqué en este pequeño espacio fue otro muy distinto: subjetividad a mansalva, mala leche cuando proceda y una confianza ciega en los instintos embriagados por los perjúmenes del bendito celuloide.
Así, alguien tendría más valor que yo para comentar BIG FISH, la cual me da pena descalificar por varios motivos: su espléndido derroche visual; el magnífico trabajo de los actores; su ensoñadora banda sonora (Pearl Jam incluido)... y hasta un más que agradecible esfuerzo de un tipo tan subrepticiamente maniqueo como Tim Burton, primero por quitarse de encima el hedor de PLANET OF THE APES, una de las películas más absurdas de la historia, y luego por intentar su enésimo "No-Burton", es decir, un acabado reconocible aunque no explícitamente contiguo a sus obsesiones llenas de siniestros personajes y situaciones que acaban por revelarse más cotidianas de lo que parecían. Y mucho de ello hay en BIG FISH, quizás menos tenebrista, un poco más esperanzador, girando sobre la imposible recuperación del amor paternal. Una buena piedra de toque para desembarazarse de ciertos fantasmas, a no ser, claro, que se mantenga la tendencia a tropezar con la misma piedra; porque con tanta metáfora uno no sólo pierde la idea inicial, sino que termina por pensar que Burton sufre un curioso mal: la redención nunca satisfecha.
Les dejo, por tanto, a esos amigos de la cábala estadística el último examen acerca de un film que me resulta imposible decalificar, porque a veces me parece la obra de un visionario y otras un deslavazado collage sin pies ni cabeza.
Saludos sin usar cebo.
6 comentarios:
Sin entrar en ningún tipo de análisis he de decir que a mí me gustó bastante. Y la volví a ver y me volvió a gustar.
No voy a leer lo que has escrito porque la comento el lunes (cosas de la programación)... ya veré entonces.
Me voy pa tu tierra.
Tampoco la analizo (ya la comenté hace poco en el blog, le puse carátula y todas esas cosas). Me gustó bastante, debe ser porque ya casa tanta estilización gótica...
Bueno, no es de las mejores de Burton eso está claro, pero hombre tiene sus momentos (sobre todo en las recreaciones de las fantasías), cuando entra en el terreno del drama familiar la cosa se desinfla bastante.
Saludos!
Yo no digo que sea mala, sólo demasiado rarilla para lo que cuenta, que es lo de siempre. A mí me recuerda más a Gilliam que a otra cosa... no sé...
Oiga a Gilliam no me lo toque que lo tengo en un altar!
Publicar un comentario