Hoy no tengo muchas ganas de extenderme, ni felicitando ni condenando, así que hablaré de un estreno reciente... Espero que capten la ironía...
A ver, GOOD, que empezando por el nombre ya nos ponemos a encoger los hombros y a fruncir los labios hasta formar lo que comúnmente se conoce como "boquita de piñón"...
Y es que la cosa pinta rara, porque el texto teatral del que está sacado es uno de los más aclamados de la historia, pero que alguien me explique qué aporta un director ¡brasileño! con sólo un flojito melodrama como bagaje ilustrando el profundo dilema moral de un tipo que ¿sin darse cuenta? pasa de abnegado profesor de universidad, padre y esposo que cuida de su anciana madre a todo un oficial de la SS, que se va a vivir con una alumna y que, para rematar, tiene como gran amigo de toda la vida a un psiquiatra judío... Me lo expliquen...
Bueno, intento dejar mis prejuicios y, sin muchas esperanzas, me pongo a verla. GOOD es la obra de un tipo que no tiene ni puta idea de dirigir; un impostor que se ha dedicado a refreír algunos momentos clave de este tipo de cine (SCHINDLER'S LIST, pero con muuuuucho azúcar) y que además hace aparecer y desaparecer personajes por arte de magia, desconociendo, supongo, que ése es un recurso cojonudo en teatro pero un suicidio en cine. Habría que ser, como poco, Robert Altman... que no es el caso. Aun así, hará pasar un rato entretenido a l@s seguidores/as de Viggo Mortensen, que no roza ni de lejos sus últimos y magistrales registros con el maestro Cronenberg (¿ven como el director influye?) pero que intenta llevar él solo todo el peso (que tampoco es mucho) de una trama francamente desaprovechada. Al final se ve que el tipo debió ser consciente de que la película no pasará a la historia y, curiosamente, cierra el film con un magnífico plano secuencia de tres o cuatro minutos muy "wellesiano" y que vale más que la hora y media anterior... ¿Qué se le va a hacer? Bueno, que ya me he extendido demasiado...
Buenos saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario