Ésa es la divertida coletilla que acompañaba el título original de una película que aquí se llamó EL BAILE DE LOS VAMPIROS.
Y es que THE FEARLESS VAMPIRE KILLERS supuso la confirmación del talento y versatilidad de un joven Roman Polanski justo antes de su gran obra maestra, ROSEMARY'S BABY. Moviéndose con agilidad entre la comedia satírica, la desmitificación bárbara y el terror kitsch (si es que eso existe), Polanski presenta un dinámico e imaginativo collage de situaciones que a veces rozan incluso al slapstick más descarado. Algunos gags no tienen nada que envidiar a Keaton, Chaplin o los Marx; la maravillosa fotografía de parajes helados de Douglas Slocombe, de tono casi expresionista; unas interpretaciones magníficas, conscientes del tono paródico y sin caer en la vulgaridad o la falta de respeto en los clásicos que le sirven de inspiración, mayormente producciones de la Hammer.
Con todos esos ingredientes, Polanski narra una típica historia de vampiros que no tiene nada de típica; empezando por ese profesor chiflado, empeñado en demostrar sus teorías vampíricas, que viaja con su sobrino (Polanski) hasta una pequeña aldea y se instalan en una posada de la que cuelgan numerosas ristras de ajo... La hija del posadero es raptada por un peculiar vampiro y estos estrafalarios personajes van al castillo, donde todo se desmadra. Un jorobado gruñón guarda el sueño diurno del erudito conde Von Krolock y su hijo, un vampiro homosexual que se enamora del personaje de Polanski. Imperdible la gran escena del baile final con los dos "héroes" infiltrados entre un montón de vampiros y que serán descubiertos... Descúbranlo ustedes mismos.
Saludos desde el catafalco.
2 comentarios:
Pues a mí esta película siempre me ha dado tanto miedo como risa: la escena del baile, por ejemplo, es para partirse de risa, pero la idea de estar en la boca del lobo, rodeado de vampiros de piel grisacea que se olvidarían del baile cortesano en cuanto descubrieran que... brrrr...
Quizás lo que más cosa da, en retrospectiva, es ver a la pobre Sharon Tate y pensar en su destino a manos de unos idiotas dopados hasta las cejas y poco funcionales neuronalmente
Pues sí, y creo que Polanski lleva arrastrando mucho desde entonces, lo que me parece injusto, la verdad...
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