El dilema es al que me referí hace algunos días en el otro blog (y me autoenlazo por primera vez) y al que se enfrentan algunos directores con pocas ideas que sin embargo son constantemente adulados por buena parte de una crítica con menos ideas aún. Lo dije de 9 SONGS y lo digo ahora de SHORTBUS: Que a estas alturas no debería escapársele a nadie que las escenas de sexo (explícito o no) que se representan en el cine no son más que eso, representaciones. Es decir: Me parece muy bien que un tipo traslade una escena que se encuentra en cualquier producción porno y la encaje en su modernísima obra de arte y ensayo, pero tiene que haber algo más, maldita sea; uno no puede más con setecientas variaciones de criterio sobre hora y media de vacío, porque donde no hay no puede buscarse. Y creo que John Cameron Mitchell, que no lo hizo nada mal con la del travesti que llegó del frío, quiere expresar la psicosis sexual que atenaza a yanquilandia desde hace tiempo y por extensión a gran parte del "primer mundo". Ahora bien, atentos a mi descripción, a ver si me salgo de madre en algo.
Un tipo desnudo, encima de una cama, se coloca en acrobática posición de manera que el pene erecto le cuelga sobre la boca. Se masturba y se traga su propio semen. Una pareja practica un montón de posturas, pero ella nunca logra el deseado orgasmo. El montaje, calcado a la famosa escena de DELICATESSEN, desemboca en lo que acabo de decir. A partir de ahí, no entiendo nada. Hay un club (el shortbus del título) donde se montan unas orgías estupendas y hay un M.C. de lo más estrafalario que abre la mente de los presentes con extraños discursos acerca del amor libre y esas cosas... Y ya está. Bueno, hay animaciones a lo Evax, visitas al psiquiatra, fachadas del New York que le gusta a Woody Allen, música alternativa (Yo La Tengo) y muy muy buen rollo, como un capítulo de Mujeres Desesperadas enseñando cacho, donde todos los problemas tienen solución si tienes estilo y nunca vas demasiado bien peinado, no vaya a ser que sospechen que eres de esos que dan sermones sobre televisores de caoba o fotomontajes de bodas en ranchos y...
... saludos.
3 comentarios:
Yo tampoco comulgué con Shortbus... le faltaba alma a esa película y creo que en el mundo en que vivimos ya nadie puede sorprendese con imágenes de sexo explícito (salvo que nunca hayas navegado por internet). Experimento más que fallido.
Pues sí ¿Qué le vamos a hacer? Con sexo explícito, que yo recuerde, no sé, EL IMPERIO DE LOS SENTIDOS estaba bastante bien... A partir de ahí, lo que he visto es bastante cutre, la verdad. A ésta le tendrían que haber dado un poco de enjundia, es todo tan infantil, tan naif...
¿Que si te sales de madre? Creo que te has quedado muy muy corto.
Y es una pena porque con Hedwig and the angry inch parecía que este hombre iba a dar más de si.
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