domingo, 19 de abril de 2009

Vida y color

Lo del cine es que tiene cada cosa... Cada día un nuevo influjo, algo que parecía no estar ahí un momento antes. Hoy toca experiencia interactiva, que alguien se atreva a escribir esta reseña por mí, que ilumine ese rincón olvidado de mi percepción. Difícil, tramposo giro, hasta obsceno quizá...
Bien, teniendo en cuenta que en este blog he comentado anteriormente otros dos trabajos de Jean Luc Godard y éstos han pasado desapercibidos, me pregunto dos cosas: ¿no será que Godard YA ES uno de esos membretes incomprendidos que, sin embargo, pretenciosos cinéfilos como yo incorporan a sus automatizadas charlas como algo YA SABIDO, incuestionable? Y, ¿Es posible que el director franco-suizo, desbrozando su gran sabiduría fílmica, haya llegado a la terrible conclusión de que nada queda ya por poner en imágenes? Habría que meterse dentro de sus HISTOIRE(S) DU CINEMA y quedarse, no veo otra.
Pero volvamos a la experiencia interactiva. Vi PIERROT LE FOU con veinte años y no me enteré de nada, pero quedé fascinado; la varita mágica de Godard y su libertad visual me atraparon y contribuyeron decisivamente a alimentar mi a veces errabunda cinefilia. Volví a ella hace un año más o menos y sólo cambió una cosa: la fascinación era notablemente menor. Por supuesto, seguí sin enterarme de nada. Sí, Belmondo con la cara pintada de azul; Anna Karina, de la que nunca me desenamoré, rodeada de subfusiles y ametralladoras; descapotables sin rumbo, la escena de la gasolinera; el inefable Léaud haciendo (otra vez) de sí mismo; y hasta Sam Fuller, el maestro, al que Godard rinde homenaje, como ya hiciera con Lang en LE MÉPRIS, y que le sirve para poner cordura en un film que hace honor indiscutiblemente a su numbre. Ahora pregunto: ¿Cuál es aquí, para ustedes, la alegoría? ¿Acaso me esfuerzo inútilmente buscando algo que no existe? ¿Piensan, como tantos otros, que sólo se trata de una (re)visión colorista y vivaracha, casi trapecista, de la insuperable A BOUT DE SOUFFLE?
Yo, por mi parte, volveré a verla una vez más; investigaré cada plano, lo engarzaré en ese descuidado todo que lo mismo nos remite al polar más clásico que a los hermanos Marx, pasando por un anarquismo pre-68 desconcertante y jovial.
Hasta entonces, locuelos saludos.

2 comentarios:

atikus dijo...

Si es verdad que Jean-Luc Godard no es un director muy conocido o lo es pero no muy visto, salvo alguna peli como "Al final de la escapada" o la que comentas, no se conocen obras suyas, por cierto la comentada la estuve buscando hace poco en mi centro de DVD habitual porque me la recordo una canción de Chritina Rosenvinge...bueno eso no viene a cuento,...el caso es que la tenían pero solo en Francés con subtitulos en inglés, así que todavía estoy buscandola!

Si es un tipo poco querido ;(

Saludos

ethan dijo...

Pues probablemente no quiera decir nada, excepto plasmar en imágenes sus ideas sobre el cine: planos repletos de acción más homenaje al cine más belleza más...
Yo tengo todas sus histoires du cinema, todavía no me atrevo a verlas...
Saludos!

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!