sábado, 7 de septiembre de 2019
Películas para desengancharse #56
Sí, cómo no, LE LOCATAIRE, de Roman Polanski, o el gusto por hacer narración del puro desequilibrio psicológico, que parece muy fácil a base de llenar la pantalla de incongruencias, pero que es más jodido de defender si se logra el punto justo entre el eje subjetivo y el objetivo. Moviéndose entre el desarraigo de Antonioni y la angustia kafkiana, Polanski adaptó la novela de Roland Topor (integrante del grupo "Pánico") como si Poe encontrara a Hitchcock en algún punto de no retorno, para contarnos la extrañísima historia de Trelkovsky, un inocuo joven que se muda a un cochambroso apartamento que acaba de quedar vacante, ya que su anterior inquilina se encuentra en estado crítico tras lanzarse al vacío sin razón aparente. Trelkovsky parece fascinado con la historia e indaga en qué la pudo llevar a intentar suicidarse, pero el extraño comportamiento de los habitantes del edificio, incluido su casero, hace que dude de todo el mundo y piense que está siendo víctima él mismo de una conspiración. EL QUIMÉRICO INQUILINO (la traducción que se hizo aquí es impagable) es un cine muy literario, compuesto de multitud de sensaciones contrapuestas y una saludable negativa a ir por el sitio que la ortodoxia suele imponer; todo ello hizo que fuese un sonoro fracaso, tanto de público como de crítica, y que Polanski empezara a replantearse su relación con la industria, arriesgando bastante menos en sus siguientes proyectos. Hoy día, el film luce absolutamente fresco y moderno, adelantando mucho del terror psicológico que se ve actualmente y confirmando a su autor como el gran adelantado que siempre ha sido. El desenganche, sin embargo, lo experimentó el propio Polanski...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Una película fascinante, una joya. Que fuese un fracaso de público es comprensible; que también lo fuese de crítica dice muy poco en favor de la misma.
Saludos.
La crítica de entonces la destrozó. Hoy día es una de las cumbres de Polanski, uno de los directores peor tratados, en mi opinión, precisamente por iprimir su visión a lo que los productores querían imponerle. A mí es que me encantan las películas a las que siempre le encuentras algo nuevo a cada visionado, y esta es una de ellas.
Un saludo.
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